Dentro de la guerra que el Madrid vive de forma permanente contra todo lo que ve como una amenaza, los blancos colocaron una nueva trinchera en el túnel de vestuario de El Madrigal, donde el miércoles, a la conclusión de un encuentro en el que acabaron desquiciados y frustrados por el gol postrero de Senna, hasta el punto de que volvieron a exhibir malas formas... y algo más.

El trayecto que separó el césped de los respectivos vestuarios vivió el espectáculo lamentable de los jugadores que representan a un club “caballero del honor”, como reza en su himno. Pues bien, Cristiano Ronaldo, Pepe, Sergio Ramos y Özil demostraron estar en las antípodas del señorío que se le presupone a los blancos.

lamentable // El capítulo de escenas bochornosas protagonizadas por estos -a menudo idolatrados- futbolistas fueron muchas. Alguna, incluso, aún superó aquellos minutos de algarabía y confusión, en el que un jugador merengue llamó “indecente” a Fernando Roig. El alemán, que había sido expulsado, dio un fuerte golpe a la puerta del vestuario visitante, todavía visible ayer.

Özil y Sergio Ramos ya se habían encarado antes con varios aficionados del Villarreal. Uno de ellos le dijo al andaluz que se quedara un rato más protestando; la reacción de este fue dirigirse como un rayo hacia esta persona, aunque, afortunadamente, la cosa no pasó a mayores por la intervención de otras personas.

Sin duda alguna, Cristiano Ronaldo se convirtió en el principal instigador de la revuelta. Como poseído, apareció despojado de la camiseta y, dando vueltas sobre sí mismo, repitió lo que las cámaras de la televisión habían captado instantes antes: “Nos roban, nos roban. Solo nos roban”.

Como remate, Mourinho solo abrió la boca cuando caminaba rumbo al autobús del Real Madrid. En zona mixta, repitió: “Lo habéis visto, lo habéis visto”. Antes, entre todos habían decidido que nadie hablaría, para evitar decir algo en caliente de lo que arrepentirse. Como si lo que ya habían dicho antes no era motivo para tener remordimientos.