Las dos campanas mayores de la iglesia arciprestal de Vila-real --que pesan 1.200 y 900 kilos-- se retiraron ayer de su campanario para proceder a la colocación de los yugos de madera que permitirán que estas vuelvan a sonar después de cinco años de silencio.

Una grúa de grandes dimensiones --que el Ayuntamiento puso al servicio de los responsables del primer templo local-- procedió a retirar las campanas y depositarlas sobre un camión que las trasladó a los almacenes de la empresa Manclús, especializada en la restauración y conservación de este tipo de elementos.

La intervención tiene un coste de entre 5.000 y 6.000 euros, cifra para sufragar la cual mosén Vicent Gimeno, sacerdote de la arciprestal, hace un llamamiento a “la buena voluntad” vecinal.

Por otra parte, y aprovechando la presencia de la grúa, operarios municipales procedieron a retirar los escombros que permanecían en el campanario, fruto de las obras de rehabilitación que se realizaron para la exposición de la Luz de las Imágenes, lo que permitirá abrir de nuevo la torre a los visitantes cara las próximas fiestas de Sant Pasqual.

Precisamente, Gimeno confía en que para estos festejos las campanas ya podrán sonar. Y agradece públicamente las gestiones del alcalde, José Benlloch, para facilitar el proceso de restauración. H