Auténtica mala suerte. Nilmar ha vuelto a lesionarse y no podrá ayudar a sus compañeros en el importante compromiso liguero del próximo domingo ante el Espanyol. Una inoportuna elongación en el aductor derecho le mantendrá, como mínimo, hasta ocho días de baja.

La lesión se la produjo en el último partido ante el Rayo Vallecano y en la vuelta al trabajo ya no se ejercitó junto al resto de sus compañeros. Además, su participación en el siguiente encuentro ante el Real Betis tampoco es segura y dependerá de la evolución del futbolista brasileño.

Está siendo una temporada aciaga para el 7 del Submarino. Desde que fuera operado de su rodilla derecha a principios del mes de octubre del pasado año, Nilmar no ha podido recuperar el nivel que mostró la campaña pasada. Por aquel entonces, una artroscopia solucionó el problema en el menisco externo y la lesión en el cartílago de su articulación, pero más tarde, por unas cosas u otras, no ha podido brillar.

ENÉSIMA LESIÓN // El principal motivo están siendo las lesiones, ya que ya ha sufrido varias musculares que le han impedido coger el ritmo, sobretodo en los aductores de ambas piernas. Pero además, hay que añadir la circunstancia de que estuvo fuera del equipo varias jornadas mientras se aclaraba su posible traspaso al Sao Paulo brasileño en el mercado de invierno. José Molina --por aquel entonces entrenador amarillo-- no quiso arriesgar la operación y le mantuvo en la grada hasta que la conversación para su venta se canceló definitivamente.

Todo este vaivén ha perjudicado a un jugador que en las últimas jornadas parecía que estaba empezando a recuperar su mejor versión, siendo uno de los más destacados ante el Real Madrid y el Rayo Vallecano y reencontrándose incluso con el gol ante el Athletic de Bilbao y el Getafe.

Su ausencia en la próxima cita provocará que Lotina tenga la preocupación de suplir con garantías a un jugador de su nivel. Todo apunta a que será el argentino Martinuccio el que acompañará a Marco Ruben en la punta de ataque con Cani tan solo unos metros por detrás. Solo así, el técnico vasco podría mantener el dibujo que tan buenos resultados le está dando desde su llegada al banquillo amarillo.