Vila-real llegó ayer al ecuador de sus fiestas patronales de Sant Pasqual con uno de los actos más multitudinarios y llenos de devoción de cuantos se incluyen en el programa festivo oficial.

Y lo hizo de la mano de la Comissió de Penyes que, una vez más, puso todo su empeño para que la ofrenda al patrón fuera un éxito de participación. De hecho, más de 3.000 fueron los vecinos de todas las edades --en gran parte peñistas-- que depositaron sus composiciones florales a los pies de la imagen de Sant Pasqual.

En esta ocasión, y tras varias reuniones con los diversos colectivos que decidieron tomar parte en la ofrenda, cada uno de ellos llevaba claveles de colores distintos, con el objetivo de dar forma al tapiz que se estrenó este año y que es obra de Marisa Traver.

ORDEN // Como ya ocurriera en la edición de los festejos de mayo del 2011, se siguió el protocolo de participación en el desfile, de manera que los colectivos de la tercera edad y de discapacitados abrieron la cita. Tras ellos, depositaron sus flores las escuelas infantiles, parvularios y colegios. Y, por último, lo hicieron las más de 80 peñas que quisieron estar presentes en tan emotivo evento.

Eso sí, la reina de las fiestas, Paula Puig, acompañada por sus damas --Isabel Palomero, Andrea García, Sara Ribes y Ana Belén Claramonte-- y la corporación municipal, encabezada por el alcalde, José Benlloch, cerraron la ofrenda a Sant Pasqual, antes de prender fuego a la tradicional foguera ubicada frente a la basílica.

De esta forma, un año más, los vila-realenses rindieron homenaje a su patrón con una serie de actos que tienen continuidad hoy con la misa pontifical de la mañana y la procesión vespertina. H