Los propietarios de huertos del área de la Plana están alerta por la oleada de destrozos que provocan las bandas de recolectores de caracoles búlgaros residentes en Huesca y que, según fuentes policiales, van en aumento. De hecho, la Policía Local de Vila-real impuso un total de 47 denuncias en el 2011, nueve más que el año anterior, en el que hubo 38; mientras que solo en los cinco primeros meses del presente 2012, los agentes ya han registrado 36 expedientes sancionadores.

“Cada vez se detectan más caracoleros, porque la baba de los ejemplares de la zona es muy buena”, afirmaron las mismas fuentes, que añadieron que “la totalidad de los denunciados proviene de pequeños municipios cercanos a Huesca, donde hay un laboratorio de cosméticos que trabaja con este tipo de gasterópodo”.

Los agentes rurales localizan a los ladrones en las fincas privadas o ya en los caminos. Si llevan sacos de caracoles, se los incautan y se les pone la preceptiva multa. En el caso de que los dueños de las parcelas quieran denunciar por los desperfectos causados, se delega el caso a la comisaría de Policía Nacional o incluso a los Juzgados de Vila-real. Y es que, este tipo de delincuente causa daños materiales y destroza los ribazos que separan las fincas, lo que supone un laborioso trabajo para los agricultores.

Las especies incautadas se sueltan más tarde en lugares destinados a ello y el expediente se cierra comunicando la infracción de la ley del 2007 del patrimonio natural y de la biodiversidad a la Generalitat Valenciana. No obstante, en la mayoría de los casos es difícil que este tipo de delincuentes pague las preceptivas multas al residir en la provincia de Huesca. H