Vila-real inauguró ayer su Fira del Llibre --que recupera este nombre, ya que desde hace unos años tomó la denominación de Mercat del Llibre--, con la apuesta firme del Ayuntamiento de impulsar este tipo de iniciativas, encaminadas a dar un respiro a sectores como el de los libreros que, pese a que en los últimos tiempos ha abierto nuevos negocios en la ciudad, también pasa por un periodo difícil a causa de la crisis.

Sin embargo, las 14 librerías y editoriales que participan con sus respectivos estands en el evento ferial se muestran confiadas en aumentar de alguna manera las ventas con el desarrollo de esta iniciativa que, además de los puestos ubicados en la plaza Major hasta el domingo, incluye un buen número de actividades.

Ayer, los concejales de Fomento Económico, Pasqual Batalla; y de Cultura, Alberto Ibáñez, responsables de las dos áreas municipales directamente vinculadas a la organización de la Fira, presidieron la apertura oficial del evento. Tampoco faltó una amplia representación de todos los grupos políticos con ediles en el consistorio vila-realense.

La cita, en cuya organización también está implicada la Associació de Llibreters de Vila-real, permite beneficiarse de un 10% de descuento al comprar libros en cualquiera de los estands.

La jornada inaugural también sirvió para presentar en público el libro ganador del premio Jaume I de ensayo del Certamen Literari Ciutat de Vila-real --el único que se otorgó, pues el resto quedaron desiertos--, Els panells ceràmics devocionals de Vila-real, un trabajo de Pascual Luis Segura, Carmela Falomir y Leandre Adsuara.