El Villarreal bajará su presupuesto de forma más que considerable de cara a la próxima campaña. En caso de seguir en Primera, el club ya había previsto una reducción importante, pero tras el descenso, el ajuste será drástico, pasando de más de 70 a menos de 30 millones de euros. Para conseguirlo, en el club se han propuesto llenar sus arcas con traspasos de futbolistas como Diego López o Marcano --ya vendidos--, a los que les deben seguir otros como Nilmar, Borja Valero o Zapata. Con estas salidas, uno de los principales objetivos que se persiguen es el de disminuir la masa salarial del primer equipo.

La dirección deportiva se está moviendo rápido y bien en esta dirección. Confirmó que no se renovaría a César y Ángel, traspasó a Marcano y Diego López, y está a punto de cerrar la venta de Jeff Montero. Sin embargo, hay otros futbolistas en nómina con los que no será tan fácil encontrar acomodo. Se trata de patatas calientes que el club quiere colocar en el mercado, aunque no a cualquier precio, y hasta ahora son pocos los equipos que se han interesado por estos transferibles.

Los casos de Marchena y Gonzalo Rodríguez son muy similares. Los dos tenían un cartel muy destacado en el planeta fútbol hace solo unos años. Internacionales, con un brillante palmarés y una destacada trayectoria, firmaron boyantes contratos con el Villarreal. Ahora el club quiere deshacerse de estas fichas, pero la empresa se antoja complicada.

Por el andaluz se interesó el Brujas belga, por el argentino, varios equipos argentinos y mexicanos han preguntado, pero lo cierto es que a las oficinas de la Ciudad Deportiva no han llegado ofertas por ambos y, pese a que el mercado de estival recién ha comenzado, habrá que trabajar duro para encontrarles salida.

CON UN AÑO BASTA // El Villarreal también ha puesto en el mercado a De Guzmán y Camuñas. Llegaron hace un año como los mejores jugadores de Mallorca y Osasuna, respectivamente, pero su rendimiento ha sido muy bajo y no entran en el proyecto. El club desembolsó ocho millones por el holandés y 1,5 por el madrileño, por lo que no quiere perder la inversión realizada en una sola temporada. El problema radica en la situación del mercado actual, en el que el dinero es escaso o no se mueve lo suficiente.

Por su parte, Cani también podría ser uno de los que abandone la disciplina amarilla este verano. El presidente del Zaragoza, Fernando Molinos, confesó ayer que el fichaje del maño “es una opción que se está barajando y ojalá se concretara”, aunque añadió que “no podemos crear expectativas falsas y no será fácil”. Lógicamente, un club con las dificultades económicas que sufre el aragonés tendrá cuesta arriba asumir una ficha tan elevada.

Otro de los jugadores por los que nadie ha preguntado es Catalá, pero su caso no preocupa tanto pues su nómina es menor y le resta un año de contrato.