La nueva ordenanza de convivencia ciudadana ya está generando sus primeros frutos, después de su entrada en vigor el pasado 13 de junio. Así se constata tras evaluar los datos recogidos por la Policía Local de Vila-real durante los cuatro primeros meses de aplicación, en los que se advierte un ligero descenso en el número de denuncias, concretamente de un 9%, algo que coincide con la reiterada teoría del concejal de Participación Ciudadana, Xavier Ochando, quien recuerda “el carácter pedagógico de la norma, por encima del sancionador”.

En concreto, entre el 13 de junio y el 13 de octubre de este año se han registrado 96 denuncias, mientras que en el mismo periodo del año pasado fueron 105.

Por áreas, la mayor disminución se da en las infracciones por exceso de ruidos, donde se ha pasado de 18 a tan solo seis quejas este año, tres veces menos.

También descienden las sanciones a las peñas durante las fiestas por incumplir el horario de cierre, que pasan de 16 a solo dos, ocho veces menos que en el 2011. En el caso de pintadas y pegado de carteles, bajan de 12 a cinco; y por mendicidad, de 15 a 11. Y en cuanto a los dueños de perros que dejan los excrementos de sus animales en la vía pública, en los últimos cuatro meses no ha habido sanciones, a diferencia de las seis multas del año anterior.

A CERO // La ausencia de sanción también se da hasta el momento en apartados como solicitar auxilio a las autoridades públicas sin causa justificada; lavarse y bañarse en fuentes y estanques; la publicidad mediante megafonía y la venta ambulante. Tampoco las hay por ocasionar daños a los juegos infantiles, aunque se mantienen las multas por repartir octavillas, cuatro en cada periodo.

Por otra parte, desde la entrada en vigor del nuevo reglamento han aumentado algunos tipos de infracciones, como el de suciedad, daños y alteraciones, que casi se duplica, pasando de 15 a 28 multas. A ellas se suman las siete impuestas por practicar el botellón en la vía pública.

Asimismo, se han incrementado las molestias al vecindario por parte de los casals, 11 multas frente a siete del año anterior, y las sanciones por jugar con balones en los espacios públicos, que ha pasado de no tener ninguna a acumular seis en este año. H