LA PLAZA de la Vila de Vila-real se convirtió ayer en el centro neurálgico de la convivencia, por cuanto fue el escenario en el que se desarrolló el taller de bailes del mundo que se incluyó como actividad del Día de la Tolerancia. Decenas de vecinos participaron en el acto organizado por la Concejalía de Cooperación y Solidaridad. J. C.