El Palau de Justícia de Vila-real se pondrá en activo esta semana, cuando el personal y el material del antiguo juzgado se traslade de manera paulatina a la nueva instalación. Pero a pesar de ser una infraestructura de dimensiones considerables no se aprovechará como es debido.

Así lo creen desde el juzgado al considerar que el edificio debería albergar más dependencias y servicios de los que se van a ofrecer a partir de ahora. Fuentes de la judicatura indican que “la infraestructura tiene capacidad para acoger hasta 10 juzgados, pero solo se van a trasladar seis, que son los que hay en Vila-real”. Así, proponen a la Conselleria de Justicia “que consensúe con el Ministerio de Justicia que los dos nuevos juzgados de lo social y lo penal que se crearán en Castellón se ubiquen en la localidad”.

De este modo, “se podrían descongestionar las instalaciones de la capital de la Plana, que están a tope, y ofrecer más servicios a los vecinos de la comarca”. También se “podría facilitar la tarea a la sede de Nules y aglutinar a un mayor número de zonas. Aunque, claro, es una decisión que debe tomar la Generalitat”.

Esta es una idea que también contempla el alcalde de la ciudad, José Benlloch, quien ya lanzó esta propuesta este verano. El primer edil sugirió que la instalación no solo debería ser referente por su magnitud, sino también por las prestaciones que ofrecerá.

Incluso, en su día, Benlloch declaró a este diario que “el Consell debería hacer una reflexión y dar más utilidad a los nuevos juzgados, con las propuestas del Consejo General del Poder Judicial o el juez decano de Castellón”.

SEMANA DECISIVA // La instalación afronta ahora su semana decisiva con la llegada de los trabajadores y el material. El juzgado de instrucción número cinco será el primero en mudarse y así lo harán de manera sucesiva el resto.

En cuanto a la inauguración oficial del edificio en sí, no así su puesta en marcha (que será anterior), todavía no hay fecha y esta se ha de consensuar entre el consistorio y el Consell. Sin embargo, aunque el recinto gusta por dentro al personal que irá a desempeñar sus funciones allí, no ocurre lo mismo con el exterior, ya que los magistrados desaprueban el sistema de seguridad externo.

Consideran que debería tener un aparcamiento para evitar que tengan que salir a buscar sus vehículos a la calle, donde pueden estar esperándoles alguna persona que no haya quedado contenta con su decisión.

De momento, la Generalitat les ha respondido que la infraestructura se queda tal y como está. Por este motivo, solicitarán la colaboración del Ayuntamiento.

Por otro lado, cuando los antiguos juzgados se queden vacíos, la intención es derribarlos para crear una gran plaza diáfana en la que organizar actividades de ocio. El Consell revertirá la propiedad para ejecutar el plan. H