El traslado de los antiguos juzgados de Vila-real al nuevo Palau de la Justícia es ya una realidad. Ayer llegaron a la instalación los primeros camiones cargados con los materiales y archivos con los que trabajarán los empleados.

Arranca así una semana de intensa mudanza que comenzó en el juzgado de instrucción número cinco y el registro, los primeros en cambiar de ubicación. A este le seguirán el tribunal número uno --hoy--, dos, tres y cuatro. Cada uno tiene asignado un día, por lo que este próximo viernes ya estarán instalados los cinco juzgados de la sede vila-realense.

El próximo lunes será el turno del dedicado a la violencia de género, situado ahora en la plaza de Sant Pasqual. De este modo, los viejos tribunales serán historia dentro justo de una semana y quienes tengan que realizar trámites o acudir a vistas deberán de dirigirse a la nueva instalación.

No obstante, a pesar de que la infraestructura estará ya en pleno funcionamiento, todavía no hay una fecha para la inauguración oficial, un extremo que han de confirmar desde la Conselleria de Justicia y Gobernación, encargada de construir el centro.

SIN APARCAMIENTO // El nuevo espacio no acaba de contentar a todos, sobre todo por la falta de un aparcamiento propio para el personal, que reforzaría la seguridad en el exterior de los magistrados, como informó Mediterráneo.

En este sentido, fuentes de la Conselleria aseguraron a este rotativo que “muy cerca” del recinto hay un estacionamiento “en el que se reservarán y marcarán plazas para los jueces y los secretarios judiciales”. Y es que estos criticaban que la lejanía del párking podría facilitar los ataques en la calle hacia su persona por parte de quienes no habían quedado conformes con sus decisiones.

En cuanto a su petición de que el edificio acoja más tribunales (puede albergar hasta 10 y se estrena solo con seis), las mismas fuentes indicaron que, por el momento, no hay previsión de ubicar más servicios judiciales.

La puesta en marcha del recinto supone el fin a un largo camino, con paralizaciones de obra incluidas. El coste de la actuación superó los 10 millones de euros y para desbloquearla fue necesario que la adjudicataria acabara primero la obra y después fuera cobrando en 10 años. H