Vila-real reforzará este año, todavía más si cabe, el comedor escolar de verano, creado en el 2013, con el objetivo de plantar cara a la crisis y dar servicio a los niños de la ciudad que lo necesitan.

Así lo ha explicado a Mediterráneo la concejala de Servicios Sociales, Mònica Àlvaro, quien asegura que la iniciativa, dentro del Aplec d’Estiu, que estará en marcha durante todo el mes de julio, ha superado el límite de inscripciones aunque, “al igual que el año pasado, intentaremos dar cabida a todos los solicitantes para que nadie se quede fuera”.

Así, la actividad estival cuenta con 400 plazas, aunque hay más de 600 inscritos. “En el 2013 había el mismo número de vacantes y, finalmente, pudimos dar cabida a más de 500 pequeños, algo que esperamos poder hacer también ahora, nuevamente, una vez cerrado el plazo y estudiados todos los pormenores”, indica.

INTEGRACIÓN // La edila destaca que “el Aplec d’Estiu es una actividad integradora, puesto que acuden escolares de todas las condiciones sociales. No se trata de un comedor para pobres, hay familias que pagan el servicio -20 euros por las actividades y 36 por el comedor de verano-, porque pueden, y otras, con especiales problemas, tienen las bonificaciones que ofrece el Ayuntamiento, especialmente, en los casos de pequeños cuyos padres estén más de un año en paro y no reciban ninguna prestación”, explica.

Asimismo, Àlvaro señala que “durante el mes de agosto, al no haber Aplec d’Estiu, reforzaremos el servicio con los vales de comida que se entregan a las familias con problemas económicos, especialmente a aquellas con menores a su cargo, para que no les falte algo tan básico en estío”.

Sin embargo, Àlvaro manifiesta que “el aumento de la demanda de comedor para niños en riesgo de exclusión social nos ha llevado a plantear la necesidad de aumentar el servicio incluso en los meses de junio y septiembre, algo que incluso la Defensora del Pueblo y la Síndica de Greuges han exigido que se cubra, debido a su especial relevancia”. H