Casi cinco siglos de historia --y puede que, incluso, más-- es el tiempo que acumula la que es la cofradía más antigua de Vila-real y una de las de más largo recorrido de la Comunitat y del conjunto de España. Y pese a esta longevidad, esta entidad vinculada a la Semana Santa vila-realense tiene todavía un fructífero futuro por delante.

Y así se ha demostrado este fin de semana, con la conmemoración --como cada cuarto domingo de octubre-- de la Festa de la Sang, que en esta ocasión ya suma 470 ediciones. Más de 200 asociados, representantes de otras cofradías y hermandades de la ciudad y de otros municipios como les Alqueries y Nules participaron en los actos que tuvieron su principal atractivo en la procesión de ida y vuelta desde la capilla de La Sangre a la iglesia arciprestal, con la imagen del Ecce Homo desfilando por las calles.

Unas celebraciones que concluyeron ayer con la misa dedicada a los cientos de difuntos vila-realenses que formaron parte de esta agrupación.

Una cofradía que cuenta en la actualidad con más de 300 integrantes --un 60% de hombres y un 40% de mujeres-- y que quiere garantizar su futuro facilitando la incorporación a sus filas de niños y jóvenes. De ahí que se promueva desde hace un tiempo que puedan hacerse socios los menores de 14 años sin pagar cuota alguna.

La trayectoria de la Confraria de la Puríssima Sang de Nostre Senyor Jesucrist i Mare de Déu de la Soledat --que es su denominación íntegra-- ha visto este año reconocida su larga trayectoria y su aportación a la historia de Vila-real con la concesión, por parte del Ayuntamiento, de la Medalla de Oro de la ciudad. Y también la entidad ha agradecido la labor desarrolla por el edil de Tradiciones, Pasqual Batalla, a quien ha nombrado cofrade de honor y entregado una capurulla y una placa conmemorativa.

Documentos

Los primeros documentos que citan a La Sang datan de 1546. Y su participación en la Semana Santa local viene caracterizada por sus pasos --el Ecce Homo y la Virgen de la Soledad-- y sus diversas secciones, entre las que destaca la Guardia Romana --popularmente conocida como els jueus-- que custodia el Cristo Yacente que desfila el Viernes Santo, con los únicos sonidos de los tambores, las cornetas y los palos de las lanzas de los soldados golpeando al unísono. H