Ganar seguridad en un punto que se considera peligroso por su uso habitual por parte de peatones, runners y ciclistas. Ese es el motivo que ha llevado a la Concejalía de Territorio a la convicción de que el puente sobre el río Millars que existe en la zona de El Termet y que separa los términos de Vila-real y Almassora necesita una remodelación.

Según explicó a Mediterráneo el concejal del área, Emilio Obiol, los técnicos de su departamento ya trabajan en la redacción de un proyecto que prevén llevar a cabo «seguramente este 2017». El documento estima la instalación de instalación, a ambos lados de la infraestructura, de barandillas, «que permitan incrementar la sensación de seguridad al cruzarlo, que estén homologadas y que sean disuasorias».

Y es que este puente es un punto de paso compartido por vehículos y peatones, lo que provoca situaciones de peligro cuando la gente tiende a apartarse al paso de los coches. La remodelación es una de las peticiones más votadas en los presupuestos participativos del 2017, y el propio Obiol reconoce que la petición también ha llegado al Ayuntamiento por otras vías. «Hay mucha gente, incluso de avanzada edad, que cruza hacia el término municipal de Almassora porque tiene masets», apunta el edil. El consistorio vecino, añade, «es conocedor del proyecto y se ha mostrado dispuesto a participar en el mismo». Así, ambas ciudades compartirán gastos, y también estudian pedir fondos a la Diputación de Castellón para abaratar el proyecto.

La remodelación prevista para este espacio también incluirá iluminación, puesto que son muchos los deportistas que utilizan el puente, incluso de noche. No obstante, las características del entorno --la desembocadura del Millars es un paraje protegido-- harán que no se utilizen farolas al uso, sino unos fanales que enfocarán hacia abajo, «con el fin de minimizar al máximo el impacto visual».

ACERA // El proyecto también contemplará, al menos, una acera, aunque los técnicos estudian si es posible que los viandantes compartan con las bicicletas una vía reservada. «Estamos analizando si es posible, puesto que las dimensiones del paso sobre el río son limitadas», apunta Obiol. Y es que en el consistorio preocupa el hecho de que los deportistas que usan el paraje no son solo adultos, sino que hay muchos padres que acuden con sus hijos a hacer ejercicio y, cuando llegan al final del carril bici hasta El Termet, «entran en un terreno que puede llegar a ser muy peligroso».