El alcalde de Vila-real, José Benlloch, salió ayer a dar la cara tras la decisión del Gobierno y de la Generalitat de ubicar la estación intermodal de mercancías en el puerto de Castellón. «Aceptamos el resultado y no interpondremos ningún recurso, ni alegación, ni vamos a ir a los tribunales. No fue un buen día para la ciudad, ni para mí como primer edil, pero sabemos levantarnos cuando caemos y trabajaremos en equipo para salir adelante», indicó.

Al mismo tiempo, el primer edil sacó la vena reivindicativa y se mostró tajante a la hora de exigir proyectos pendientes a las instituciones. «Nos sentimos discriminados. Así se lo hice saber al president Puig el mismo miércoles y me reuniré de forma inmediata con él en València para pedir que asuntos como la ronda suroeste se aceleren. Hay buena predisposición del Consell», detalló.

Benlloch fue más contundente con el Gobierno de España y señaló que «lleva muchos años ignorando esta tierra y sus necesidades, especialmente, en cuanto a infraestructuras». Ilustró estas quejas con obras sin ejecutar, como el desdoblamiento de la N-340, la liberalización de la AP-7, la nueva comisaría de Policía Nacional, la reclamación de una estación de trenes «digna» con paso subterráneo o la adecuación de la rotonda de acceso por el norte.

FELICITACIÓN // El munícipe aprovechó su intervención para felicitar a Castellón y afirmó: «Si a ellos les va bien, también le irá bien a nuestra ciudad, y al revés, porque no somos rivales, somos ciudades vecinas que colaboran, que no tienen fronteras entre sí». «No seremos responsables de la paralización de un proyecto tan importante», indicó. Además, recalcó la «objetividad del proceso» y apuntó: «Tras años de incumplimientos, por primera vez Gobierno y Generalitat están de acuerdo en algo; han actuado de manera coherente y han ofrecido todas las respuestas y argumentos a cada pregunta, así que, a pesar de todo, vamos a trabajar desde la lealtad para que la estación se convierta en realidad cuanto antes, ya que, sea como sea, beneficiará a nuestra industria».

Sobre los motivos que decantaron la decisión de los técnicos, Benlloch detalló varios: «La superficie de Castellón es de 1,6 millones de metros cuadrados y la de Vila-real de 800.000 metros por culpa de la gestión urbanística del PP; la dejadez en accesos, durante tantos años, por parte del Gobierno, que hace que la ciudad todavía siga con una N-340 deficitaria y otras infraestructuras que no han ayudado en absoluto a que se decantara la balanza, aunque teníamos ventajas, como unos impuestos más bajos».

TERRENOS // El primer edil anunció que la próxima semana se reunirá con propietarios de los terrenos donde estaba previsto construir la intermodal para decidir un uso futuro de este espacio. Por su parte, el PP acusó a Benlloch de «condenar a Vila-real por dejar escapar la estación».