Una urbanización acorde a los tiempos actuales y al siglo XXI. Esa es una de las premisas que seguirá el Ayuntamiento de Vila-real para explorar vías de futuro y nuevos modelos para el PAI Madrigal. El programa está paralizado desde el 2011 y, en estos momentos, su situación está en proceso de auditoría para determinar cómo reactivarlo.

Entre las opciones que barajan estaría la actuación por áreas, y no hacerlo respecto al total del terreno, que suma unos 400.000 metros cuadrados. Está pendiente un análisis del número de vecinos que reside en esta zona, y de las viviendas, que podrían estar entre 2.000 y 3.000 inmuebles.

El alcalde de Vila-real, José Benlloch, puso como ejemplo en el último pleno una visita que realizó al municipio hermanado con la ciudad en Eslovaquia, Michalovce, donde conoció fórmulas innovadoras para desarrollar urbanizaciones. «Son ideas, que habrá que estudiar, pero se podrían juntar cien masets y hacerse su propia depuradora, o potenciar la utilización de energía solar y eólica», explicó el primer edil.

Lo que tienen claro desde el consistorio es que el proyecto, tal y como se planteó hace dos décadas, debe variar para adaptarse a la realidad. «La tecnología actual tiene muchas posibilidades y hay una nueva ley urbanística valenciana (Lotuv) que lo permite. Además, los propios vecinos tienen una filosofía distinta en cuanto a las urbanizaciones, por lo que hay que buscar soluciones mixtas, para combinar la calidad de vida entre el campo y la ciudad», tal y como destacó el munícipe.

DIAGNÓSTICO // Los caminos a seguir se perfilarán tras conocer los resultados de la auditoría, la cual se encargará de realizar un diagnóstico de la situación vigente. Esperan tener los resultados antes de que llegue el verano.

Concretamente, este estudio que lleva a cabo un equipo de profesionales del Derecho se centra en determinar la problemática relativa a la ordenación del PAI y a su paralización gobal y, paralelamente, a la parte urbana del polígono, que tenía que ser la segunda fase del programa.

Por otro lado, también investiga sobre las dificultades surgidas por la programación: cumplimiento y plazos; garantías prestadas por los propietarios; y situación económica. Y, como no, establecerá conclusiones sobre las afecciones de la gestión urbanística: reparcelamientos pendientes de abrobación; influencia de la crisis y modificación en la propiedad de los terrenos; gestión de cuotas de urbanización; y otorgamiento de licencias. También hará hincapié en el impulso de obras y a las pendientes.

SENTENCIA // En la última sesión plenaria, el edil de Territorio, Emilio Obiol, y el propio Benlloch pusieron como ejemplo, para argumentar la postura municipal, la demanda judicial del agente urbanizador en la que exigía el pago de cuotas a los vecinos que el juez resolvió a favor del consistorio, tal y como ya informó en diciembre Mediterráneo.

Con todo ello, la evolución del PAI Madrigal, aprobado el 17 de enero del 2000, y tras sufrir múltiples vicisitudes, pasará también por el diálogo con el actual propietario, ya que resolver el contrato de forma directa por parte del Ayuntamiento supondría un coste de 6,5 millones de euros.

«Existe un conflicto y no podemos saltarnos las normas, habrá que hacer cirugía y necesitamos armas para llegar a acuerdos. Trabajamos para buscar salidas y garantizar mejoras», concluyó.