Caixa Rural Vila-real celebró ayer su asamblea general ordinaria en la que hicieron balance del 2017. Ante unas 400 personas, el presidente, Enric Portalés, presentó en el Auditori los resultados del pasado ejercicio y destacó la «normalidad» que registra actualmente la entidad bancaria y sus «previsiones positivas».

«Hemos mejorado en solvencia, llegando a unas cifras francamente tranquilizadoras que llegan al 13,37%, por encima del 8% que marca el Banco Central Europeo, y aumentado los beneficios, gracias al esfuerzo realizado en la lucha contra el activo irregular, lo que nos permite disminuir la morosidad», apuntó.

Además, Portalés subrayó que la entidad ha reforzado sus fondos propios con un aumento del capital del 8,2% hasta llegar a 7,05 millones de euros.

El director general de la entidad, Manuel Cubertorer, resaltó el incremento en la contratación de fondos de inversión, con un crecimiento interanual del 64,1%, dejando un balance de 370,5 millones de euros.

«El margen bruto ha crecido un 44,4%, lo cual unido a la optimización de los gastos de explotación, propicia un resultado positivo del ejercicio de 406 millones de euros, un 36% más que el año anterior», según Cubertorer.

CENTENARIO // Caixa Rural Vila-real cumplirá 100 años en el 2019 y estrenará la reforma de la sede del casino. Portalés explicó que están «muy ilusionados», y recordó la actividad social y asistencial de la Fundación, así como el proceso de digitilización que viven. Especificó que tienen 12.138 socios --que se beneficiaran de ventajas con la nueva plataforma Asocia2.0-- 4 oficinas y 51 trabajadores, con un 65% mujeres.

En otro orden de cosas, se votó la junta con la entrada de José Pascual Pesudo, María Teresa Mulet y Sonia Sánchez. Siguen Enric Portalés (presidente), Juanjo Ortells y Amelia Rovira. Dicen adiós del órgano Santiago Ramos, Celina Candau y Manuel Viciedo.