La Policía Local de Vila-real registró en los primeros ocho meses del año un total de 142 comportamientos punibles en controles de tráfico para detectar si los conductores habían consumido alcohol por encima de lo permitido o cualquier otra droga. Una cifra que, trasladada a la media mensual, representa un descenso del 30% respecto a los casos que se dieron en el 2017 (300 hasta el 31 de diciembre). Un balance al que se tendrán que sumar los resultados de las campañas que se lleven a cabo en los últimos cuatro meses del año, en especial, durante las fiestas de Navidad, Año Nuevo y Reyes, así como en los días previos a estas celebraciones.

Así se desprende de los datos facilitados por el cuerpo de seguridad vila-realense, en los que también se evidencia una marcada rebaja de los delitos contra la seguridad vial en este sentido, que cayeron un 45%. Unos porcentajes a la baja que fueron del 23% en el caso de las denuncias administrativas por consumo de drogas; y de un 8%, en las relacionadas con la ingesta de alcohol.

En concreto, desde el inicio del 2018 y hasta septiembre, los agentes de la Policía Local practicaron 40 detenciones por delitos contra la seguridad vial (36 por alcoholemia y cuatro por negarse a someterse a los test), mientras que las denuncias se elevaron a 102 (56 por drogas y 46 por bebidas espirituosas).

CAMPAÑAS // La Policía Local de Vila-real lleva a cabo de manera continua campañas de prevención y controles para garantizar el cumplimiento de la normativa y evitar las consecuencias para la seguridad de la conducción bajo los efectos de sustancias. Se trata de intervenciones que tienen un efecto disuasorio importante y que se aprecia en la cantidad de positivos», explica la concejala de Seguridad Ciudadana, Silvia Gómez, en referencia a la disminución de las acciones punibles.

La edila hace hincapié en que las penas por delitos contra la seguridad por conducir tras haber consumido alcohol u otras drogas pueden ser de tres a seis meses de cárcel, multa de seis a 12 meses o trabajos comunitarios, además de conllevar la retirada del carnet de uno a cuatro años.

Además, negarse a someterse a las pruebas está castigado con entre seis meses y un año de prisión, así como con la pérdida del permiso de conducción. En lo referente a las sanciones administrativas, estas son de 500 euros para los positivos en alcohol, además de detracción de cuatro a seis puntos; y de 1.000 euros y la resta de seis puntos, en drogas.

El cuerpo de seguridad vila-realense empezó a utilizar de manera continuada y pionera en la provincia los tests de drogas en el primer trimestre del 2014.