La iglesia arciprestal de Vila-real, con su párroco Javier Aparici al frente, organiza una peculiar campaña de apadrinamiento de los tubos --un total de 1.421-- del órgano romántico instalado en el primer templo local, con el objetivo de completar la cifra de 120.220 euros necesarios para restaurar este singular instrumento, que data de 1981.

«Se trata de recuperar una pieza histórica que, junto al otro órgano barroco de la parroquia, formarán un conjunto único en la provincia», destaca Aparici, quien explica que la consola principal, que incluye los teclados y la instalación eléctrica, ya se ha restaurado con los 32.000 euros aportados por el Ayuntamiento, aunque por el momento permanecerá en el taller del maestro organero Carlos Manuel Álvarez, ubicado en la localidad turolense de Villel, hasta que se proceda a desmontar los tubos con el objetivo de evitar posibles daños.

En concreto, la campaña se dirige tanto a los particulares como a las empresas e instituciones, que podrán patrocinar uno o varios de los tubos, con aportaciones de 600 euros para cada uno de los 23 grandes de fachada; 300, en el caso de los 16 pequeños de fachada; 200, en los 36 grandes de interior; y 100 para los 323 de medio tamaño interiores. Por último, para los 969 pequeños de esta posición se establece un precio de 80 euros.

CARTAS // Por el momento, la única institución pública que ha realizado una aportación para restaurar el órgano romántico de la iglesia arciprestal de Vila-real es, como indica el párroco Aparici, el Ayuntamiento. «Por ahora, la Diputación y otras entidades no han respondido a nuestra llamada», indica el sacerdote, quien avanza que a quien apadrine alguno de los tubos del instrumento se le extenderá un certificado con el detalle de la nota que se corresponde con cada elemento.

En principio, la intervención se completará en un plazo de nueve meses, como indica Aparici a Mediterráneo. De hecho, avanza que el final de los trabajos se celebrará con un concierto inaugural que, dice, «en principio, estará protagonizado por Juan de la Rubia, organista de la Vall d’Uixó que es el titular de la Sagrada Familia de Barcelona y que tiene un gran prestigio internacional».

El párroco insiste en la importancia de la restauración de esta pieza, «que ya fue parcialmente restaurada en 1986, aunque todo el sistema se quedó obsoleto y solo funcionaba al 15%, ya que había registros inoperativos». Y apuesta por que también se realicen mejoras a posteriori.