El viento que ayer atizaba en ocasiones con fuertes rachas a la ciudad de Vila-real no fue obstáculo alguno para que Caixa Rural y La Cooperativa celebraran la fiesta mayor para conmemorar sus 100 años de existencia.

Una celebración que tuvo, como uno de sus momentos más emotivos, el acto de homenaje a la ciudad por parte de los responsables de Caixa Rural, que culminó con la cesión al consistorio de una réplica en bronce de la escultura del Llaurador, obra del artista local e Hijo Predilecto Vicente Llorens Poy, que preside la plaza que toma el mismo nombre. Esta es una pieza que encargó la organización financiera al propio Llorens Poy para simbolizar sus orígenes, basados en la agricultura.

La escultura se emplaza frente a la oficina principal de Caixa Rural, en la plaza Major, desde donde se disparó una mascletà que prendió el obispo de la diócesis de Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente, quien ofició la misa conmemorativa del centenario. En su homilía, López Llorente destacó los valores que caracterizaron la creación en enero 1919 del Sindicato Agrícola Católico que, posteriormente, tomaría el nombre de Caixa Rural, como son la solidaridad y su carácter social en el municipio.

En los distintos actos, no faltó una amplia representación de la corporación municipal, encabezada por el alcalde, José Benlloch, quien aprovechó para agradecer la cesión a la ciudad de la réplica del monumento al Llaurador, por parte de la entidad que preside Enric Portalés. Asimismo, el munícipe firmó en el libro de honor de la sociedad bancaria.

El concierto de la Unión Musical La Lira en el salón de actos de la Fundació Caixa Rural y una paella monumental para 2.000 comensales --fueron muchos los que disfrutaron de su plato en las plazas Major y de la Vila-- pusieron la nota cultural y gastronómica a la celebración.