Cientos de vecinos de Vila-real participaron ayer en una nueva edición de la festividad del Corpus Christi que, como ocurre desde hace un tiempo, tiene lugar a media tarde --años atrás se desarrollaba al mediodía--, con la finalidad de evitar las horas centrales de la jornada y, de esta forma, minimizar el sofocante calor.

Así, en una iglesia arciprestal llena, el párroco mosén Javier Aparici --acompañado por sacerdores de otras iglesias locales-- ofició la tradicional misa, a la que siguió la procesión por las calles del centro de la ciudad y en la que los protagonistas indiscutibles volvieron a ser los niños y niñas que este año tomaron la Primera Comunión.

A la cita religiosa por excelencia para los católicos no faltaron la práctica totalidad de los miembros de la corporación municipal, encabezados por el propio alcalde, José Benlloch.