El restaurante El Molí, ubicado junto al cauce del río Millars y en pleno paraje natural del Termet, ha cerrado nuevamente sus puertas después de que el actual concesionario del mismo haya decidido no acogerse a la prórroga del contrato de explotación que el Ayuntamiento le adjudicó hace ahora cuatro años, en el 2015.

La decisión del hostelero abre varios escenarios para uno de los recintos más emblemáticos de la ciudad, tanto por su emplazamiento como por las posibilidades que ofrecen sus instalaciones. Unos escenarios que estudiarán próximamente los técnicos municipales, juntamente con el ejecutivo local, mientras se realiza el inventario de los elementos existentes en su interior, antes de que el 8 de noviembre quede definitivamente libre este espacio para el ocio y la restauración.

Al respecto, el alcalde, José Benlloch, adelanta a Mediterráneo que, una vez el recinto vuelva a manos del Ayuntamiento, que es su propietario, plantea la posibilidad de «poner a disposición de la ciudadanía esta infraestructura», por lo que analizarán la implantación de unos precios de alquiler de este espacio, de manera que lo puedan utilizar tanto los vecinos como entidades de todo tipo y empresas para poder desarrollar allí cualquier acto.

«Es decir, quien quiera podrá solicitar el uso del recinto y abonar el precio correspondiente para celebrar allí una cena, una demostración gastronómica u otro tipo de evento», explica.

«Estamos en un periodo de boom de nuestra gastronomía y ahora que el concesionario ha decidido no hacer uso de la prórroga pensamos que es un buen momento para repensar los usos de este espacio referente que es El Molí, que está protegido y es patrimonio de todos los vila-realenses», concluye el munícipe.