La cuenta atrás para la Navidad ya ha empezado. Al igual que muchas otras ciudades españolas, Vila-real se puso a partir de ayer en modo Navidad con el encendido del siempre especial alumbrado festivo. La lluvia, que amenazaba con aguar el acto, fue un convidado de piedra durante ese intervalo y no empañó un encendido que acompañará a los vila-realenses durante el periodo navideño.

La plaza Major, un año más, fue el epicentro de la encesa. No solo por ser el lugar donde la corte de honor, capitaneada por la reina de las fiestas, Carmen Rubert, y las autoridades, entre ellos el alcalde, José Benlloch, dieron el pistoletazo de salida a la esperada iluminación, instalada por el área de Servicios Públicos. También porque ese céntrico enclave urbano fue el punto de partida y de despedida del colorido pasacalle de animación de Xarxa Teatre.

La famosa compañía escénica, veterana en estas lides de amenizar el encendido de las luces navideñas en su ciudad, sacó a relucir sus mejores dotes artísticas para ambientar las calles de la ciudad con un colorido y multitudinario desfile.

El alumbrado encumbra, tal como habían adelantado desde la concejalía que lidera Francisco Valverde, las grandes avenidas y los calles peatonales del centro, que quedarán engalanadas hasta que los Reyes Magos hagan acto de presencia en las casas vila-realenses a principios de enero.

Fira de Santa Caterina

Si bien la encesa marca de forma simbólica el comienzo de la decoración temática en el municipio, no hay que olvidar que este acto también lleva aparejado el inicio de la campaña comercial navideña. Y no habrá que esperar prácticamente nada para disfrutar de su primer plato fuerte. Mañana, la ya decorada plaza Major, junto a las calles Major Sant Doménec y Hospital, el Raval del Carme y un tramo de la avenida Josep Ramon Batalla (Barranquet), acogerán una nueva edición de la popular Fira de Santa Caterina. Una fiesta de interés turístico provincial que este año contará con un total de 239 paradas de, especialmente, productos típicos.