La primera empresa dedicada a la producción de champiñones de toda la provincia de Castellón abrirá sus puertas en Vila-real. Así dio a conocer ayer en público este proyecto «único en la Comunitat» el alcalde, José Benlloch, quien aseguró que esta nueva compañía empezará a operar «en breve». El munícipe hizo este anuncio durante el acto de bienvenida de los 30 alumnos del nuevo taller de empleo, en el que estuvo acompañado por el concejal de Economía, Xus Madrigal.

Esta nueva incorporación en el tejido industrial será posible gracias a la inversión que ha realizado la Fundación Manantial, entidad privada muy arraigada ya en la ciudad, que ha comprado una nave en el polígono industrial situado «a los alrededores de la residencia Santa Ana y la cooperativa Real Export», concreta el munícipe. Se trata de un local que actualmente estaba en desuso y en el que las obras de rehabilitación están ya «adelantadas».

Siguiendo con la línea integradora e inclusiva de los proyectos que la fundación ha impulsado en Vila-real, como la residencia para enfermos mentales o el Centro de Rehabilitación e Integración Social (CRIS), inaugurado a finales del año pasado, la futura compañía permitirá favorecer la inserción laboral de las personas con diversidad funcional.

Además de fomentar la empleabilidad de este colectivo, Benlloch defendió que la apertura de esta empresa contribuirá a desarrollar un pequeño clúster en torno a la producción agroalimentaria. «Tenemos la necesidad de diversificar en el mundo de la agricultura en nuestra ciudad y de dotar de posibilidades a infraestructuras que antes se dedicaban al mundo de la naranja y ahora pueden transformarse, además de implicar a la cooperativa y a la Caixa Rural, que tienen algunas de estas naves que no estaban ocupadas», recalcó.

'Efecto llamada'

El primer edil confía en que este «pionero» impulso al champiñón que se dará sirva para estimular la llegada de nuevos inversores, ya que su irrupción demuestra «la capacidad innovadora» y las «condiciones» que ofrece Vila-real, con el fin de convertir zonas «degradadas» que en el pasado tuvieron un tipo de actividad económica y que subraya que hay que redefinir. «Hemos plantado una semilla interesante y cuando se van generando proyectos tractores, empiezan a atraer a otros», remarca.

Entre esas «condiciones» que pone en valor, Benlloch destaca las bonificaciones e incentivos impulsadas por el equipo de gobierno, como el pago fraccionado del impuesto de bienes e inmuebles (IBI) sin intereses, la liberación de la autopista, el acceso directo a la N-340 o que el polígono no genera distorsión ni impacto en la ciudad. «Además, poco a poco va avanzando la estación intermodal y el corredor mediterráneo, que nos sitúan en un punto geoestratégico único de acceso al puerto de Castelló», concluye.