Hay voces políticas que, de forma continuada, lanzan mensajes para intentar hacer valer su máxima de que la violencia machista es un invento del feminismo más radical y que lo único que existe es la violencia intrafamiliar. Y lo hacen ignorando los datos que, por ejemplo, ayer aportó en Vila-real la fiscala especializada en delitos de odio y violencia de género de València, Susana Gisbert.

La conferencia de Gisbert en la Biblioteca Universitària del Coneixement, bajo el título de Delitos de ocio y negacionismo de la violencia de género, resultó ser un auténtico zasca a los argumentos que esgrimen formaciones de ultraderecha para negar la exsitencia de las agresiones machistas.

De hecho, la fiscala Gisbert planteó que, «de la misma forma que negar el holocausto o los genocidios se tipifica en el código penal como delito de odio, igualmente podría incluirse hacer lo mismo con la violencia contra las mujeres». Y es que desde el inicio del año ya son cinco, con el suceso de ayer en Granada, las mujeres que mueren asesinadas a manos de su pareja masculina. Una cifra que se suma a las 55 féminas muertas en el 2019 y al millar contabilizado desde el 2003.

Para Gisbert, las agresiones y crímenes machistas «son un fenómeno diferente al de la violencia intrafamiliar, pero que tiene unas características distintas».

La charla, organizada por la asociación Socarrats, despertó el interés de un numeroso público.