El Ayuntamiento de Vila-real, a instancias de Acudim y de la Federación de Asociaciones de Vecinos presentada en la última sesión del Consell de Participació Ciutadana, está revisando la regulación de las reservas privadas de aparcamiento para personas con movilidad reducida (PMR), para garantizar su uso correcto. Con este objetivo, representantes de ambas entidades se han reunido con representantes y concejales responsables de Policía Local, Participación Ciudadana y Servicios Sociales, para seguir avanzando en un nuevo reglamento.

En la propuesta se alerta de que «en los últimos dos años se observa una creciente demanda de peticiones de reserva para vehículos con tarjeta de estacionamiento para personas con discapacidad para uso privado, posiblemente debido al aumento considerable de personas con edad avanzada. Por dicho incremento, se está percibiendo un cierto malestar o inquietud entre el vecindario, por lo que se considera, en parte, un uso indebido de las reservas de espacio».

La concesión de reservas PMR en las proximidades del domicilio o puesto de trabajo está regulada en la actualidad por la Ordenanza Municipal de Tráfico, Circulación y Seguridad Vial y está restringida a los casos acreditados de discapacidad superior al 33% y movilidad reducida de siete puntos, que no dispongan de garaje, además de los casos individuales en los que, previo estudio de la Policía Local, se considere acreditada la necesidad.

Sin embargo, ambos colectivos proponentes advierten de un mayor «malestar» entre los vecinos «por lo que ellos consideran un mal uso de estas reservas».

Para atender la iniciativa, la Policía Local está ultimando la elaboración de una nueva normativa que «permita poner orden en un tema que, en los últimos años, ha generado un preocupación creciente entre los vecinos y usuarios por su posible uso indebido», señala la concejala de Seguridad Ciudadana, Silvia Gómez. «Lo más importante», agrega la responsable de Participación Ciudadana, Miriam Caravaca, «es que la iniciativa parte de los propios vecinos y de Acudim, que han detectado la problemática y han elaborado una propuesta de solución a través de los canales de participación que el Ayuntamiento pone a disposición de la ciudadanía, para que trabajemos todos juntos por dar respuesta a una preocupación vecinal y mejorar, de este modo, la convivencia entre todos».

Así pues, Gómez concluye que la sensibilidad con discapacidad o movilidad reducida no está reñida con un mayor control.