Vila-real devolvió un total de 26.794 euros a 590 agricultores o titulares que acreditaron tener sus parcelas en activo y que solicitaron la devolución del IBI de naturaleza rústica correspondiente a 2019, una posibilidad que abrió el consistorio el año pasado de la mano de Caixa Rural y la Cooperativa Católico-Agraria.

Así lo explicó el alcalde de la localidad, José Benlloch, durante el transcurso del pleno de junio en respuesta a una cuestión planteada por el edil popular Carlos Gil.

El máximo responsable municipal apuntó que la cantidad media devuelta fue de unos 45 euros por propietario, aunque hubo alguna petición que ascendía a más de 840 euros. «Hay mucha gente que decidió no presentar la solicitud porque la mayoría de recibos está entre los 20 y los 40 euros», apuntó el alcalde, quien recordó que el presupuesto suele estimar un ingreso por este impuesto superior a los 100.000 euros «que es, principalmente, el resultado de sumar muchas fincas por las que se pagan cerca de 30 euros».

«El consistorio está obligado por ley a cobrar el IBI y aunque se permiten bonificaciones de hasta el 90% deben estar muy justificadas. Atendiendo a estas circunstancias, poco margen de maniobra tenemos, pero no nos parece ético que los agricultores, que tantas dificultades están atravesando, tengan que pagar este impuesto, por poco que sea», argumentó el primer edil en la presentación del programa que pretendía aliviar al sector agrario, especialmente al cítrico.

BALANCE / El Ayuntamiento emite más de 4.900 recibos de contribución rústica al año, de los cuales unos 3.270 pagan IBI y el resto está exento por no alcanzar el valor mínimo. Benlloch se posicionó a favor de pedir no cobrar esta tasa a los agricultores.