El Ayuntamiento de Vila-real acaba de licitar el contrato de limpieza, mantenimiento y conservación del alcantarillado de la ciudad, por un importe de 1,6 millones y un plazo de cuatro años, y con el que se quiere dar continuidad al iniciado ahora hace dos años, para contar con las herramientas necesarias, aportadas en este caso por la iniciativa privada, para disponer de una red de evacuación de aguas en condiciones.

El concejal de Servicios Públicos, Francisco Valverde, hace hincapié que, como consecuencia de no disponer del personal necesario, «este mantenimiento no se puede acometer desde este departamento, lo que nos obliga a adjudicarlo a una empresa especializada». Desde hace dos últimos ejercicios, estas labores las viene ejecutando la mercantil Facsa que, incluso, ha utilizado las últimas tecnologías en robótica para detectar problemas como roturas o atascos en las canalizaciones que discurren por el subsuelo del casco urbano y las áreas industriales.

Valverde explica que, además de los trabajos propios de reparaciones y limpieza acometidas en el alcantarillado, «es fundamental dar continuidad a la elaboración de un mapa de la red, por cuanto hasta ahora la información real de la que disponía el Ayuntamiento era muy escasa».

Un plano de las canalizaciones subterráneas que permitirá elaborar futuros planes de actuación en aquellos puntos que presentan una mayor problemática, como consecuencia de los estrangulamiento en la trama de tuberías existentes en la actualidad. Estrangulamientos que, como asevera el edil de Servicios Públicos, «aumentan las posibilidades de que se produzcan atascos, especialmente, causa de toallitas desechables que los ciudadanos vierten a los retretes, cuando deberían depositarlas en la basura, y que irremediablemente se acumulan en diferentes puntos hacen mucho más posibles facilita que se vienen detectando.

Una situación de la que, en repetidas ocasiones, se ha alertado tanto desde el consistorio como desde la empresa adjudicataria del mantenimiento del alcantarillado y que, incluso, está creando graves problemas en las depuradoras de la ciudad y, de manera muy evidente, en la mancomunada del camino de les Voltes.

«El contrato que sacamos a concurso tiene como fin disponer de tuberías limpias y evitar taponamientos para que las aguas negras fluyan lo mejor posible», explica Valverde, quien reconoce que la saturación de las canalizaciones «cuando llueve con la intensidad que lo hizo días atrás es imposible de evitar, porque no hay tubería capaz de evacuar al momento tal volumen de agua».