Noviembre no suele ser un gran mes para el sector hostelero. Y si a eso le sumamos otro ingrediente, los efectos del covid --tanto las medidas de prevención sanitaria respecto a aforos o higiene como el temor de los clientes--, el panorama parece poco halagüeño, «puesto que ha sido una estocada fuerte», aseguran desde el sector. Para salvar el primero de los obstáculos, en Vila-real se organizan las jornadas gastronómicas Mengem a Vila-real, olla de la Plana que este 2020 están viviendo su 11ª edición y que encaran ya su recta final, pues concluyen a final de mes.

Las sensaciones de los restauradores en esta ocasión es dispar, aunque coinciden en señalar que tiene más tirón durante el fin de semana. El presidente de la Associació Gastronòmica Cultural de Vila-real y propietario de Birbar, Ximo Abril, indica que el primer balance en su caso deja a más de 120 personas que han degustado el menú especial. «Hay gente que se apura con la situación actual pese a que cumplimos todas las exigencias. Estamos lejos del horario europeo y por la noche se nota. Al mediodía, los fines de semana, al poder hacer más reposo hay más ambiente», indica Abril.

Desde La Olivereta, Francisco Múñoz asegura que este año «está siendo flojo, hemos servido unos 18 cuando lo normal al cerrar otras campañas era un centenar o 150». «No hemos cambiado el precio del menú y a la gente les gusta, pero falta clientela, apunta Múñoz que también lo achaca, más allá de la pandemia, a unas temperaturas muy agradables que quizás no invitan a pedir el guiso.

Por su parte, José Pascual Colás, de La TaVerda --que ofrece una olla vegetariana-- señala que las dos primeras semanas de noviembre estuvieron cerrados por descanso pero, aún así, constata una bajada porque «la gente, por el covid, tiene miedo y hay poco movimiento». «Noviembre siempre es un mes más flojo pero la pandemia lo ha rematado», lamenta.

También se dan casos de grupos de más de seis personas que acuden juntas a sabiendas de que van a tener que ocupar mesas diferentes. Hecho que constata Óscar Recatalà, de El Miso, situado en la plaza de la Vila. «Es cada vez más habitual que vengan grupos y que cenen separados», explica Recatalà, quien añade que no hay tantas personas que acudan a propósito por esta cita gastronómica pero que al encontrársela, deciden pedir olla. También acusa la bajada de comensales y nota el «miedo» cuando la gente ve un local lleno pese a cumplir el aforo.

INCENTIVO / Los comensales de estas jornadas entrarán en el sorteo de un menú especial en cada uno de los 14 locales participantes que se podrá disfrutar del 7 de enero al 4 de febrero del 2021.