Salvaguardar la salud, siempre como aspecto primordial, pero «equilibrarla» con el apoyo a la economía. Con esta máxima, y pese al anuncio realizado ayer al mediodía por parte del Ayuntamiento de Vila-real de suspender las actividades en interiores y también las previstas al aire libre en las que puedan haber aglomeraciones, la Fira de Nadal fue inaugurada con un formato distinto al de los últimos años y con medidas de seguridad «extremas», porque los controles que habrán «están por encima de lo que se exige», asegura el edil de Economía, Xus Madrigal.

«Debemos dar vida a las empresas que lo han pasado tan mal en un año tan complicado», defiende el concejal, que insiste en que toda actividad económica en la que puedan garantizar la seguridad seguirá adelante, en alusión, por ejemplo, «a los mercados de la ropa y complementos o la fruta y verdura».

Ocio y cultura

Esta iniciativa, en un espacio acotado --el tramo de la avenida la Murà comprendido entre la avenida Cedre y la calle Ramón y Cajal-- y con controles de acceso, temperatura y dispensadores de gel hidroalcohólico, elimina el formato de los dos últimos años y queda simplificada a la parte lúdica, con actividades y atracciones infantiles, como un carrusel, e iniciativas culturales a cargo de compañías y empresas de Vila-real, para que «toda la inversión que se hace en esta campaña se quede en la ciudad».

Ya sean fijas o alguna dinámica, pero «siempre habrá algo que hacer», indica Madrigal. Para minimizar los contactos, este año hay que prescindir tanto de la pista de hielo como de las casetas de venta de regalos y productos típicos de la Navidad.

Así, hasta el 4 de enero --un día después pasará por allí la caravana de los Reyes en el formato alternativo a la cabalgata-- y en horario de 10.30 a 13.30 y de 17.00 a 20.00, los vecinos podrán disfrutar de una Fira de Nadal que resiste, por ahora, al covid.