En torno a ocho meses se cumplen ya de la okupación de un maset, con terreno incluido y piscina, en el barrio Melilla de Vila-real, en el extremo oeste del casco urbano. Una situación que arrancó inicialmente con una decena de personas --todas ellas de origen español, según confirman a Mediterráneo fuentes policiales--- y que, a día de hoy, se ha multiplicado hasta alcanzar la treintena.

Así lo aseguran vecinos consultados por este rotativo. «Primero entraron unas 10 personas y ahora ya ves que acceden a la casa una treintena cada día». Una okupación que, según indican algunos residentes, causa cierto temor entre ellos, a la vez que denuncian molestias porque «hacen mucho ruido, es como que están derribando algo y, encima, ponen música muy alta por la noche».

Por contra, otros ciudadanos que viven en la misma zona afirman que, «por el momento, no nos molestan, aunque sí que es cierto que muchas veces estás pendiente de si provocan algún daño a los coches y cosas así».

DENUNCIAS // Las mismas fuentes también corroboran que se han presentado denuncias al respecto ante los cuerpos de seguridad, así como que patrullas de la Policía Local y del Cuerpo Nacional de Policía han tenido que acudir en ocasiones ante el requerimiento de los vecinos. Al respecto, aseveran que «está entrando gente y rompiendo paredes para poner puertas en la calle, hacen obras en el interior y, por la noche, venta de todo tipo de material; la música muy fuerte y, sobre todo, entran a dormir 20 o 30 personas».

Asimismo, explican que «cuando llega la policía empujan tres niños para que no les puedan echar y proseguir sus trabajos cuando los agentes se marchan». Y añaden: «Los vecinos tienen miedo y por eso no lo denuncian, y el Ayuntamiento dice que no es su problema. El barrio Melilla de Vila-real se ha convertido en un sitio peligroso para vivir». Una opinión que no comparten otros residentes, que aseguran que la zona «es muy tranquila, pese a que puede haber casos como estos de okupas» que, en esta ocasión, han tomado un maset ubicado en la calle Xèrica, esquina con la Travesía Melilla, vial este en el que han abierto una puerta pequeña, distinta a la grande corredera.

Según confirman a este periódico desde Caixa Rural Vila-real, una de las cinco entidades financieras propietaria de la vivienda en cuestión, «ya presentamos una denuncia ante el juzgado el 20 de junio del pasado año, de manera que nosotros ya no podemos hacer nada más que esperar».

Y es que es el juzgado quien debe tomar una decisión al respecto y dictar la correspondiente orden de alzamiento para desalojar a los okupas de este maset.