Cerca de un centenar de personas vinculadas a la hostelería de Vila-real se han dado cita esta mañana en la plaza Major, en la primera de las concentraciones que han convocado cada miércoles para protestar por la situación “crítica” que atraviesa el sector a causa de las restricciones sanitarias por el covid-19.

“Llevamos 10 meses sin poder trabajar o haciéndolo con muchas limitaciones y no hemos contado con ninguna ayuda por parte de las administraciones”, explican.

La concentración de los hosteleros, que en todo momento han respetado las medidas de seguridad establecidas para frenar los contagios por coronavirus, ha arrancado con el depósito de cajas con alimentos perecederos en las escaleras que dan acceso al ayuntamiento. Posteriormente, han protagonizado una sonora cacerolada durante cinco minutos, aunque después han guardado un minuto de silencio en memoria de las víctimas que deja el covid-19 en Vila-real.

Por último, se ha leído un manifiesto en el que reclaman la ayuda de las administraciones para evitar el cierre masivo de establecimientos de restauración.