El Ayuntamiento de Vila-real, a través de la Concejalía de Servicios Públicos ha puesto en marcha un plan de choque para mejorar la seguridad de las vías públicas de la ciudad, mediante el reasfaltado de tramos de calles y avenidas que se encuentran en mal estado y que, como apunta el edil del área, Francisco Valverde.

«Se trata de puntos que, por su mal estado, incluso revestían cierto riesgo para la seguridad vial y de los que nos dieron cuenta tanto vecinos como los agentes de la Policía Local», indica el concejal.

De esta forma, ahora acaba de arrancar la primera de las cuatro grandes intervenciones que se contemplan a lo largo del presente 2021 y que se enmarcan en el contrato de mantenimiento que, por dos años, se adjudicó a la empresa Becsa por un importe cercano a los 450.000 euros en cada ejercicio. Un contrato en el que también se incluye el arreglo de caminos del término municipal.

En concreto, la maquinaria pesada de la mercantil adjudicataria actúa en tramos de calzada deteriorados que afectan a una superficie de unos 5.000 m2 de vías urbanas como Ambaixador Mascarell, avenida Alemanya, Andalusia, Molí Bisbal, acceso a la urbanización Los Ángeles, avenida Mediterrani, avenida Francesc Tàrrega, Joanot Martorell, Constitució, Furs de València, Gamboa, Pius XII, Miralcamp, Vázquez de Mella y Ausiàs March, así como en la rotonda del acceso sur --frente al colegio Santa Maria-- y en las intersecciones de Cordó con Ermita y Senda Pescadors con Blas Infante.

«En vez de hacer rebacheos provisionales, hemos optado por acometer acciones más duraderas, que comportan el fresado de la superficie de la calzada dañada y la posterior aplicación de las capas de asfalto correspondiente, lo que permite evitar también los surcos que, en ocasiones, quedan entre la propia calzada y las aceras», explica el edil Valverde.

LAS PRIORIDADES // Tal u como apunta el concejal responsable del área de Servicios Públicos, la prioridad a la hora de llevar a cabo este tipo de intervenciones la marca «la seguridad de las personas, tanto de los conductores de vehículos como de los peatones, de manera que se eliminan partes de la vía pública de cuyo deterioro importante nos dan cuenta los ciudadanos y la Policía Local».

Asimismo, Valverde hace hincapié en que, tras estas actuaciones más contundentes, «se seguirán llevando a cabo otras de menor calado, para las que ya no es necesario el uso de maquinaria pesada y que afectan a tramos menores o menos deteriorados».

El plan en cuestión empezó el pasado mes de octubre, con el reasfaltado de los caminos de servicio que discurren junto a la AP-7, aunque no ha sido hasta ahora cuando se ha puesto en marcha la programación para intervenir en calles de la zona urbana de Vila-real, incluidos algunos viales del área residencial del Madrigal.