Este viernes colocaron la primera piedra del nuevo centro de inclusión para personas sin hogar, El Pati, de Cáritas diocesana, que levantarán en el solar de la antigua iglesia de los Santos Evangelistas, en la calle Sant Mateu de Vila-real. El objetivo es que pueda estar en marcha el último trimestre del 2022, ya que el plazo de ejecución es de 18 meses, dijo el director de la entidad, Juan Manuel Aragonés.

Este inmueble será un «referente para la provincia y para la diócesis», y, pese a la casuística de cada persona, atenderá principalmente a vila-realenses. Además, añadió Aragonés, la empresa constructora que ganó el concurso también es de la localidad. «Es un momento de júbilo y esperanza, estamos muy ilusionados», aseguró el director de Cáritas.

Características

El futuro centro social tendrá una superficie de 1.700 m², podrá acoger a 36 personas sin hogar y contará con dependencias para la parroquia de los Santos Evangelistas, entre ellas una capilla con capacidad para un centenar de personas y salones. El bloque que estará dedicado a la casa de acogida constará de cinco plantas, en las que habrá locales de formación, espacios comunes como comedor o lavandería para los residentes y las 18 habitaciones dobles, tres de ellas adaptadas a personas con movilidad reducida. Actualmente, atienden a nueve personas divididas en dos viviendas que gestiona Cáritas. Por otro lado, en el albergue anterior, en Senda Pescadors, eran 13 los usuarios, como recordó Aragonés.

Con una inversión de cerca de dos millones de euros, de los que el Ayuntamiento aporta 300.000, se trata de uno de los proyectos más importantes de los últimos años para el obispado, que sustituirá al anterior edificio para transeúntes, demolido en el 2017 por deficiencias estructurales.

El alcalde, José Benlloch, justificó la aportación municipal porque no pueden «entender la historia de la ciudad sin la realidad de la Iglesia y aquí va a construirse una nueva capilla de los Santos Evangelistas, junto a un inmueble para atender a las personas sin hogar y espacio para la parroquia». El máximo responsable municipal resaltó también que la construcción de estas dependencias «beneficiará al desarrollo del barrio, como un proyecto que será motor para generar progreso e igualdad de oportunidades».

El obispo de la diócesis de Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente, bendijo el inicio de las obras y agradeció a Cáritas su labor desde El Pati, «como punto de integración y para que no se pierda la dignidad humana». Y valoró que la iniciativa «redundará en el bien del barrio y de Vila-real».

El Pati, casi 30 años de servicio pese a las adversidades

El Pati se fundó en 1992, a iniciativa del entonces obispo de la diócesis, José María Cases, de la mano de la Fundació Tots Units, con el objetivo de realizar un itinerario de inserción para personas sin hogar. El inmueble, que se encontraba en la Senda Pescadors, tuvo que ser demolido en 2017 por deficiencias estructurales (presentaba aluminosis) y su derribo también supuso la retirada de 2.465 m² de fibrocemento con amianto. Desde entonces, los usuarios pasaron a ocupar dos pisos propiedad de Cáritas, aunque siempre han defendido como mejor opción agruparlos en un único espacio.