Vila-real ha arrancado otra atípica Semana Santa, de nuevo marcada por la pandemia del covid-19. Y es atípica por muchos motivos, no solo porque por las calles de la ciudad no desfilarán los pasos y las cofradías y hermandades, sino porque las medidas de prevención establecidas han obligado a reinventar unas celebraciones que, en este 2021, se estrenan como Fiesta de Interés Turístico Autonómico.

Y es que en esta tarde-noche ha tenido lugar en la iglesia arciprestal el tradicional pregón anunciador del inicio de los actos conmemorativos de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Con el objetivo de facilitar el cumplimiento de las medidas de distancia social y ampliar el aforo al máximo posible, la Junta Central de Semana Santa de Vila-real y el clero decidieron trasladar este acto desde la capilla del Santísimo Cristo del Hospital, donde se viene realizando habitualmente, a la arciprestal, un templo mucho mayor y con más capacidad.

En esta ocasión, la pregonera ha sido Marisa Arrufat Parra, religiosa de Nuestra Señora de la Consolación, quien debía haber sido la encargada de dar lectura al pregón de 2020 que, finalmente tuvo que suspenderse al decretarse el confinamiento por el covid.

Durante el evento, al que no ha faltado una amplia representación del consistorio, encabezada por el alcalde, José Benlloch; y el edil de Turismo, Diego Vila, también se ha entregado el popular Capurrulla de l’Any, reconocimiento que, esta vez, ha sido para Enrique Fortuño Ebro, de la Hermandad Franciscana de Tierra Santa.

En la cita también ha tomado la palabra el presidente de la Junta Central, Pascual Sanz, quien ha instado a vivir con intensidad, pero de manera más íntima, estas celebraciones. El acto ha finalizado con la actuación musical de Vicente Flix Albert, al piano, mientras que la voz la ha puesto el joven sopranista Rafael Quirant Porcar.