--Los últimos 12 meses han sido complicados a causa de la pandemia del covid-19. Teniendo en cuenta esta tesitura, ¿cuál es la prioridad en estos momentos? 

--Este es un año de reflexión y, evidentemente, tendremos que ser capaces de ver cómo evoluciona esta realidad, sobre todo porque la planificación que teníamos para impulsar algunos proyectos no preveía una tercera ola después del verano en el que tuvimos actividad y dinamismo sin contagios importantes. Dicho esto, como hay tanta incertidumbre sobre lo que puede pasar, los escasos recursos que tiene el Ayuntamiento los dedicaremos especialmente en estar al lado de nuestra economía, de aquellos que están más tocados. Siempre he dicho que no soy partidario de dar ayudas sino de invertir para dinamizar la economía para que la gente se gane el pan, pero lo cierto es que hay ahora muchas personas que no pueden ganarse ese pan, lo que nos obliga a estar al lado de los más afectados en estos momentos de dificultades, a pesar de la situación lamentable que arrastramos por la mala herencia recibida de los anteriores ejecutivos del PP.

--Con todo, ¿cuáles son los proyectos o acciones que son irrenunciables para este 2021?

--Estamos avanzando en muchas cosas que son necesarias y a las que no podemos renunciar, como son el cuarto instituto que necesita Vila-real, acabar la ronda suroeste y que tenga una conexión con la N-340 para generar empleo y economía, y que es un proyecto inaplazable para tenerlo cerrado este mismo año, así como la mejora del intercambiador de transporte en la estación del tren. También resulta imprescindible dar por concluidas en firme las obras de la nueva sede de Cruz Roja, colaborar en la construcción del centro social y albergue de Cáritas o el centro de salud Torrehermosa. No son ejemplos de proyectos nuevos porque, incluso, en el caso de la ronda llevamos reclamándola desde hace 25 años. El virus nos está frenando, pero no puede pararnos, de manera que tenemos que ser capaces de no perder de vista que esto pasará y que la ciudad tendrá que estar preparada para recuperarse y avanzar. El proyecto para el 2021 está vivo, pero hay que adaptarlo a las nuevas circunstancias. Además, se abren nuevas oportunidades, como los fondos europeos que nos ayudarán a transformar nuestra economía. En esto Vila-real ya ha hecho un importante camino para lograr diversificarse para, además de industrial y agrícola, ser también una ciudad de servicios, innovadora, inclusiva y sostenible.

"El virus nos está frenando, pero no puede pararnos, de manera que tenemos que ser capaces de no perder de vista que esto pasará y que la ciudad tendrá que estar preparada para recuperarse y avanzar"

Entre las prioridades para esta legislatura, el alcalde Benlloch cita completar los trámites para construir el edificio para la Escuela Oficial de Idiomas. MANOLO NEBOT

--Y, ¿cuáles son sus prioridades más a medio plazo, para lo que resta de la presente legislatura?

--Algunas de las obras que estamos llevando acabo no se pueden completar en un año. Emprendimos algo histórico, como fue la rehabilitación de la planta baja y el primer piso del Gran Casino, y nos queda una segunda fase que permitirá trasladar dependencias municipales y esponjar el actual edificio del ayuntamiento, y eso se hará con fondos que llegarán de la Generalitat. Y otra de las actuaciones que sí o sí tiene que cerrarse en esta legislatura y dentro del plan Edificant es la construcción de una sede definitiva de la Escuela Oficial de Idiomas, competitiva y que contribuya a poner a Vila-real en el mapa en cuanto a servicios de calidad en algo que cara al futuro es fundamental, como son los idiomas. También seguimos trabajando en la pista de atletismo. Quiero acabar la legislatura con el centro de salud Torrehermosa en marcha, exigiré mucho el paso subterráneo en el andén de la estación de trenes... Y hay una cosa que no me gustaría que a mediados del 2023 no fuéramos capaces de impulsar y que ayudaría mucho a dinamizar la zona centro y el Mercat Central, como es la reforma y apertura de lo que queda del antiguo edificio de los juzgados para darle un uso.

--Desde hace unos años se habla qué hacer con el inmueble de la antigua Cámara Agraria, en el que ahora está la Concejalía de Economía ¿Hay algo al respecto?

--Es cierto que tenemos que abordar en cuanto puedan trasladarse los servicios y dependencias del área de Economía al edificio de los antiguos juzgados, vaciar la Cámara Agraria y plantearnos qué hacemos con ella. Yo soy partidario de derribarla y poder levantar un inmueble municipal nuevo que pudiera dar respuesta a distintas necesidades del municipio.

--Ha hablado de la llegada de fondos europeos... ¿Qué se plantearía hacer con ellos?

--En cartera tenemos muchos proyectos para mejorar la calidad de vida de los vila-realenses. Y entre ellos están los de abrir la ciudad al río Millars, la rehabilitación de la Alqueria del Carme y del Molí la Vila, levantar un edificio singular en la antigua escuela taller para concentrar la atención social en el marco del proyecto del barrio sociosanitario o la ampliación de la residencia de discapacitados que hay en la calle Onda, entre otros.

--Usted se presentó a la últimas elecciones municipales de junio del 2019 con varios lemas y uno de ellos era el de ‘Queda molt per fer’. La pandemia ha supuesto un parón importante... ¿Cómo vislumbra el futuro próximo?

--Una cosa la tengo muy clara. Hace casi dos años, yo dije a la gente tres cosas: que quedaba mucho por hacer, que no había que dar un paso atrás y que Vila-real es lo primero. Ese fue nuestro eslogan y, con ese eslogan y con el contenido de nuestro programa electoral, los vecinos nos dieron un 48% de los votos del electorado, que nos proporcionó la mayoría absoluta. Evidentemente, íbamos a una velocidad y era una realidad que creía que en estos cuatro años iba a darnos tiempo a apuntalar y encauzar muchísimas cosas, pero lo cierto es que llevamos un año de pandemia, que aún no se ha acabado y que sus efectos no los podemos prevenir. Es por ello que el nuevo eslogan será el mismo, pero multiplicado, porque ahora todavía queda más por hacer.

El alcalde de Vila-real, José Benlloch, tiene muy claro que quiere presentarse a la reelección en el 2023. MANOLO NEBOT

--¿Quiere eso decir que tiene decidido si quiere o no volver a encabezar la candidatura del PSPV-PSOE para ganar de nuevo las municipales y continuar cuatro años más como alcalde de Vila-real?  

--Tenemos que ser capaces de lograr que Vila-real siga liderando ese cambio que se ha acelerado por la transformación tecnológica que ha obligado la pandemia. Tengo ofertas para ocupar otros cargos, pero una reflexión que uno se hace a los 46 años y cuando llevo 10 como alcalde es que tienes cierto mono de tu vida profesional y ello me lleva, como abogado, a implicarme en los procesos judiciales para defender a mi pueblo. Es por ello que continúa firme aquello que dije que Vila-real es lo primero. Evidentemente, no voy a abandonar el barco en medio de la tormenta. Y sí, me presentaré.

--Y ¿mantiene viva y con la misma fuerza que al principio esa idea de transformar su ciudad? 

--Es posible que a partir del año que viene tengamos que atender mas problemas sociales y por eso estamos reforzando el poder dar cobertura a situaciones de exclusión y ampliar la reinserción laboral, habrá empleos que desaparecerán y tendremos que pensar en otros nuevos. Eso generará mucho trabajo, pero también hay una parte de ilusión... Sería una lástima que en el momento en que tenemos muchos proyectos en el cajón no pudiera contribuir en lo que pueda a llevarlos a cabo, máxime teniendo en cuenta que vendrán fondos europeos. Me gustaría ser el alcalde que descentralice por primera vez la Administración local, acometiendo la idea de los distritos, que creo que pueden ser muy interesantes y que, hoy en día y con la administración electrónica, es absurdo que un vecino tenga que venir al centro de Vila-real a tener que hacer una gestión en un único edificio, cuando con un ordenador se pueden solucionar muchas cosas, como ha demostrado esta pandemia. Considero que estaría traicionando a la gente si en dos años cogiera y me fuera. Hay mucho trabajo por hacer, pero también ilusión por lanzar proyectos en los próximos seis años para transformar, estabilizar y consolidar un modelo de ciudad innovadora. Con todo, también hay que actuar con responsabilidad para solventar los empastres y problemas que aún nos genera la gestión urbanística del PP. 

En la intimidad

--¿Qué fue para usted lo más difícil durante el confinamiento?

--Lo más difícil fue, sin duda, asistir con impotencia a ver cómo el virus se cebaba en nuestras residencias de mayores y nos dejaba en la soledad de las familias que no podían despedirse de ellos como se merecían. 

--¿Qué es lo que más le gusta de pasar el tiempo con su familia?   

--Ver algunas películas y series de televisión juntos y bailar y cantar al karaoke. En estos momentos en los que es muy difícil reunirnos con nuestros familiares porque hay que cumplir con las normas establecidas por la Generalitat para frenar los contagios del covid-19, he vuelto a poner en práctica lo que mi madre nos enseñó, como es a hacer la paella, el arroz al horno, la fideuà o cocas de tomate. 

Benlloch se declara un cristiano convencido y con fuertes vínculos a las tradiciones religiosas de Vila-real. MEDITERRÁNEO

«Suelo meditar y rezar, pues me ayuda a desconectar»

--¿Qué hace para liberar el estrés que ocasiona la carga de trabajo que en los últimos 12 meses se ha visto incrementada para hacer frente a la pandemia? 

--Mi trabajo me apasiona, no tengo horas, desde que me levanto hasta que me acuesto estoy trabajando por mi ciudad, hablando con gente, estudiando para aprender cómo gestionar mejor, planificando... No tengo nunca sensación de estrés, tal vez porque siempre he sido muy metódico, de rutinas y horarios muy estrictos... Me dan tranquilidad y control y en estos hábitos es fundamental el deporte e intento pasear y estar en contacto con la naturaleza, con mi perro Coni por la ermita y el Millars. Y me apasiona leer, el cine o escribir, otra de mis aficiones cada domingo. Además, suelo meditar y rezar, porque me ayudan a reflexionar y desconectar.

--Un deseo para el 2021...

--Sin duda alguna, vencer al covid. Necesitamos retomar una mínima normalidad para poder continuar avanzando. J. C.