Joventut Antoniana de Vila-real ha llenado su despensa para poder repartir alimentos a las más de 80 familias a las que presta atención actualmente, cifra que se traduce en 283 personas. Unas necesidades que se han incrementado a causa de la crisis económica originada por la pandemia del covid y que, como apuntan desde la organización, alcanza los niveles que se registraron como consecuencia de la crisis provocada por el estallido de la burbuja inmobiliaria.

Hasta la sede de la entidad, en la calle Molí, han llegado cerca de 5.600 botes de piña, tomate o alubias, entre otros; 1.300 litros de productos como aceite o caldo, 798 kilos de arroz o espaguettis y 4.080 paquetes o packs de azúcar, leche o galletas. El pedido también ha incluido productos dirigidos a bebés como leche de fórmula, pañales o papilla. Comparando algunas de las cantidades de este pedido con el global de 2020 destacan, por ejemplo, los 597 kilos de lentejas de esta lista contra los 358 en todo el ejercicio pasado o los 1.315 kilos de piña en conserva recién repuesto frente a los 1.369 kg totales en 2020.

Necesidad de reponer las estanterías

Los voluntarios han destinado más de seis horas a colocar los alimentos adquiridos para su reparto entre las familias más necesitadas. MEDITERRÁNEO

Los responsables de la entidad social y religiosa indican que el volumen de esta compra responde a la necesidad de reponer el estoc de su almacén en el que ya quedaban pocas existencias de los principales productos básicos. Una compra que se ha podido asumir gracias a las aportaciones desinteresadas de los benefactores de la asociación y también a las realizadas a través de la página web www.soysolidario.es, espacio que Joventut Antoniana habilitó en la pasada campaña de Navidad y Reyes con el objetivo de convertirla en una plataforma duradera en el tiempo para canalizar las donaciones debido a las vicisitudes que supuso la irrupción de la pandemia.

La cantidad de alimentos recibida requirió de cerca de seis horas de trabajo en las que participaron un total de 15 personas que, de forma escalonada, fueron colocando cada referencia en su lugar correspondiente para facilitar el reparto domiciliario que se realiza los martes y que, a causa de la COVID-19, se estructura en dos turnos de voluntarios para minimizar contactos y garantizar el cumplimiento de todas las medidas sanitarias.