En pleno casco antiguo de Vila-real. Ahí es donde un grupo de jóvenes --en principio entre cinco o seis, según señalan a Mediterráneo desde el vecindario--, procedentes de Barcelona y su entorno, se instalaron «hace dos o tres semanas», ocupando una vivienda ubicada en el número 20 de la calle Major Sant Jaume, en pleno centro de la ciudad y a escasos metros de edificios tan emblemáticos como el Gran Casino, el Teatre Tagoba o la Casa dels Mundina.

Fuentes policiales confirman a este rotativo que los ocupantes de la casa, levantada sobre una parcela de 164 m² y con una superficie construida de 425 m² --según los datos que constan en la sede electrónica del Catastro-- cuentan con «numerosos antecedentes» por este tipo de acciones.

Las mismas fuentes constatan que, al parecer, este es el único edificio del casco antiguo ocupado hasta el momento, aunque apuntan a la posibilidad de que, aprovechando la gran superficie construida y el número de habitaciones de que dispone la vivienda, puedan llegar más ocupantes procedentes tanto de Barcelona como de otros puntos de España. 

Tal y como han corroborado a este periódico desde la entidad propietaria del inmueble, Caixa Rural Vila-real --perteneciente al Grupo Cajamar--, ya se ha presentado la correspondiente denuncia. De hecho, efectivos policiales, tanto de la Policía Nacional como de la Local, han procedido a identificar a los ocupantes del número 20 de la calle Major Sant Jaume, aunque, como apuntan, el asunto ya está en manos del juzgado, que es el que debe tomar una determinación definitiva al respecto.

En este caso, al menos por el momento, los okupas son personas jóvenes y no familias, como ocurre en otras ocasiones. En cualquier caso, sí que se confirma que existen varios pisos ocupados ilegalmente en puntos de la ciudad, como sucede en la calle Calvari.

A por los bancos

Según explican fuentes policiales a este diario, el modus operandi de este tipo de bandas se fundamenta en la localización de inmuebles vacíos, preferentemente que sean propiedad de entidades financieras. «Incluso, como ellos mismos confirman, acuden al Registro de la Propiedad para que les faciliten los datos de la vivienda, a través de una nota simple que puede solicitar cualquier persona», explican.

Este no es el único edificio que pertenece a Caixa Rural Vila-real que ha sido ocupado en los últimos meses. Y es que, como adelantó este rotativo el pasado mes de enero, una treintena de okupas se apoderaron de un maset de la calle Melilla, cuya propiedad es compartida por la entidad financiera vila-realense con otros bancos.

Un caso que, como apunta el presidente de Caixa Rural, todavía se encuentra pendiente de una resolución judicial que obligue a los ocupantes a abandonar el chalet que habitan desde hace un año.