La entidad Joventut Antoniana de Vila-real vivió ayer el día grande de sus fiestas en honor a su patrón, Sant Antoni de Pàdua. Unos festejos recuperados tras un año, el 2020, de celebración virtual a causa de la incidencia de la pandemia. Pero los estragos del covid-19 en el funcionamiento de la asociación religiosa, con base en la parroquia de los Padres Franciscanos, fueron más allá de esta curiosidad. Y es que Joventut Antoniana cerró el año pasado con déficit.

Según puede leerse en la revista del colectivo, el informe económico refleja un resultado negativo de 2.212,63 euros. «La grave crisis sanitaria, económica y social desencadenada por la pandemia del coronavirus ha provocado un extraordinario incremento de la presión asistencial sobre los recursos de atención social de Joventut Antoniana», indican sus responsables, que señalan que, sin dos aportaciones también extraordinarias (7.000 euros procedentes del Ayuntamiento y un donativo directo de 15.000 euros a final de año) la diferencia entre entradas y salidas hubiera sido de 24.212,63 euros. En años anteriores, la asociación había conseguido ahorros de entre 5.000 y 10.000 euros. 

Del balance de Tesorería destaca la partida de ayudas familiares, que ha pasado de 42.358,74 euros en el 2019 a 75.333,73 euros en el 2020. Así, desde el colectivo franciscano invitaron a la gente a realizar aportaciones para contribuir a crear una sociedad más justa.

Nuevos antonianos

La entidad vivió ayer su jornada festiva central con una misa solemne presidida por el padre Fray Miquel Almiñana Martínez, vicario parroquial, tras la que impusieron la medalla a 17 nuevos antonianos. 

La programación finalizará hoy, a las 19.30 horas, con una eucaristía en honor a los difuntos.