Para quienes estén convencidos de que el mundo es un pañuelo, los ejemplos de Leonor Benito y Tomás de la Vega, así como de Francisco Aguilella y Pilar Cerisuelo no harán sino confirmar la realidad de dicho refrán. Y es que las similitudes entre ambas parejas transgreden por completo cualquier teoría de la probabilidad. Leonor y Tomás, así como Francisco y Pilar se conocieron hace ya más de 50 años en un baile en los salones Alaska de Vila-real, y un decalustro después siguen juntos, pues los dos matrimonios han celebrado las Bodas de Oro en este 2021. Los dos maridos hicieron la mili juntos. Leonor y Tomás emigraron por separado desde el mismo pueblo de Guadalajara para encontrarse en su destino, Vila-real, y juntar sus caminos…

Cuando se pregunta a los protagonistas de estas historias de amor por el éxito de sus relaciones, esto es lo que responden: “Nos hemos querido mucho y nos seguimos queriendo mucho; si no es imposible estar 50 años juntos”. Prosigue Pilar con su alegato asegurando que “ahora los jóvenes no aguantan tanto como antes. Por suerte a mí no me ha tocado aguantar nada malo, pero tampoco es todo bueno siempre y por lo que veo a la mínima hoy se rompe una relación, son más independientes”. Es por ello que aconseja a quien hoy emprende un camino junto a su pareja “que se quiera mucho y que entienda que cuantos más problemas haya, más juntos hay que estar porque es más fácil encontrar soluciones”.

50 años, una vida

En la misma línea, Tomás afirma que “ahora la situación ha cambiado mucho, pero no por eso es mejor o peor. Nosotros la luna de miel la comenzamos en Valencia como dos pardillos, después fuimos a Madrid unos días a dormir a casa de los cuñados, pero lo pasamos bien”. Más de lo mismo recuerdan Paco y Pilar de esta fecha señalada celebrada hace medio siglo: “Los regalos eran vajillas, cuberterías entre tres o cuatro invitados… No era como ahora, pero tampoco estaba mal”.

En lo que coinciden ambas parejas es en señalar “la enfermedad” como lo peor que les ha pasado. “Cuando Paco sufrió un ictus y estuvimos cuatro meses en el hospital fue lo más mal de estos años, pero también lo mejor cuando ha salido. Doy gracias a Dios por verle como le veo hoy”, afirma Pilar. También se quedan, cómo no, con sus hijos y sus nietos. “El confinamiento ha sido muy duro; eso de no poder ver a los nietos ni darles un beso…”, recuerda Tomás. 

Las dos parejas protagonistas de esta historia participaron en un homenaje conjunto celebrado recientemente en Vila-real. FRANK PALACE

Otro de los paralelismos de estas dos parejas que acaban de celebrar las Bodas de Oro, así como de la práctica totalidad de coetáneos, es su inagotable capacidad de trabajo. Así lo recuerda Pilar: “Paco y yo no teníamos horas para los campos de judías. Él las cultivaba, recogía y vendía en el mercado, y yo le ayudaba en el campo hasta embarazada. Después ya abrimos una pastelería y cafetería que nos fue muy bien, pero sin dejar de trabajar mucho”. Por su parte, Tomás afirma que ha dedicado su vida “a la misma empresa de moldes cerámicos como mecánico”, pero no se arrepiente en absoluto: “Cuando llegué a Vila-real no tenía nada y ahora ni debo nada a nadie, ni me debe nada nadie. Puedo ir con mi mujer donde quiera y disfrutar tranquilo de mis nietos”.

En resumen, cuatro vidas dedicadas al trabajo y a la familia que han puesto recientemente el broche de oro con la celebración de los 50 años de casados. “Nos fuimos con la familia y lo pasé mejor incluso que en la primera boda porque mi suegra, como se acababa de morir su marido solo hubiera hecho la misa, así que no fue un día demasiado alegre”, recuerda Leonor, que pese a su imborrable sonrisa y genuino sentido del humor no oculta que la vida no ha sido un camino de rosas al verse obligada a emigrar en su día desde Molina de Aragón (Guadalajara): “Hemos pasado mucho. Me acuerdo un día que en el pan alguien dijo que si alguien que había fallecido era valencià o castellà, como si los que veníamos de fuera no fuésemos personas. Eso se me quedó grabado. Ahora ya estamos todos mezclados y es muy diferente”. 

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