No ha podido ser como solía antes de la pandemia pero ha sido. Vila-real ha hecho frente, al igual que ya hizo el estío pasado, al covid-19—siguiendo las medidas de prevención sanitarias—, y a unas elevadas temperaturas para celebrar la Festa del Termet en honor a la Mare de Déu de Gràcia con la que la ciudad escenifica tradicionalmente la bienvenida al verano.
El acto, organizado por las Concejalías de Tradiciones y Ermita, ha constado de una misa en la plaza del Pastoret con sillas separadas por la distancia de seguridad; una procesión en la que han participado los portadores de la imagen de la patrona y, finalmente, el concierto de la Unión Musical La Lira. Este año tampoco se ha realizado, por seguridad, el reparto de horchata y fartons a causa de la situación de crisis sanitaria. Sí se ha repartido entre los asistentes un imán con la imagen de la patrona de la ciudad así como agua y un abanico de papel con un dibujo acrílico de Manuel Llorens.
Entre los asistentes han estado varios representantes de la corporación municipal, las cortes de honor de los años 2019 y 2020 --comparten mandato hasta que las jóvenes elegidas el año pasado puedan tomar posesión del cargo-- así como público general. Los participantes también han tenido la oportunidad de visitar el interior de la Ermita y la coveta de la Mare de Déu.
