La denuncia ha saltado este viernes a través de las redes sociales: habían aparecido chinchetas en la zona de entrenamiento ciclista entre la depuradora mancomunada y las naves del grupo Porcelanosa, usada por el club ciclista y el de triatlón, en Vila-real. Alguna incluso acabó en las ruedas de los niños que acudieron a la sesión de entrene con el consecuente riesgo que eso podría suponer. 

Más allá del debate generado a raíz del comentario respecto a la responsabilidad del Ayuntamiento o el apoyo a deportes considerados minoritarios --incluso el edil del área, Javier Serralvo, intervino para defender la gestión municipal y asegurar, entre otros, que se ha habilitado un aseo en la zona y hay otras mejoras pactadas con las entidades deportivas usuarias del espacio--, el consistorio mostró su compromiso de investigar el asunto para intentar dar con los responsables.

Así lo aseguró el concejal de Deportes a Mediterráneo, que apuntó que es la primera vez que tienen constancia de un hecho de estas características. Además, añadió Serralvo, desde la Policía Local también estarán pendientes para evitar que pueda darse de nuevo una circunstancia así.

La localidad dispone de dos espacios reservados a esta práctica deportiva que se cierran con vallas metálicas cuando los equipos los necesitan: la del camino Les Voltes donde han aparecido las chinchetas, y otra en el PAI Alaplana.