Esta semana ha dado comienzo en Vila-real el inicio del fin de un largo calvario, tanto para el vecindario del barrio de la Soledad como para el propio Ayuntamiento.

Tras una década de quejas de la ciudadanía y de gestiones municipales, la empresa Derribos Andrés está acometiendo los primeros pasos para la demolición de cuatro viviendas en la calle Vicent Sanchis, en concreto, las comprendidas entre los números 56 y 62. El gerente de la mercantil, José Miguel Andrés, apuntó a Mediterráneo que las labores podrían completarse en un par de semanas y que actualmente están llevando a cabo la retirada de las tejas, tras lo que comenzarían los trabajos en el interior y con maquinaria.

Por su parte, fuentes del área de Territorio que dirige el concejal Emilio Obiol se mostraron satisfechos de haber llegado a este punto en una situación «heredada a causa de una quiebra inmobiliaria», ya que la empresa, Verdici Promociones, acabó en concurso de acreedores y los inmuebles fueron pasando de entidad bancaria a otra. «Un ejemplo más que nos hace recordar un modelo de cosas gravísimas que pasaron en este país hace más de una década», añadieron. 

El aspecto más importante, destacaron desde el consistorio, pese al «mucho esfuerzo y seguimiento del tema», es que «los trabajos han comenzado en condiciones de seguridad y también podrán retirarse las vallas que llevan tanto tiempo ocupando la acera». Y es que, declaradas en estado de ruina, la caída de trozos de las viviendas llevó a cortar el paso por la zona reservada a viandantes para evitar potenciales situaciones de peligro. 

La empresa Derribos Andrés es la que ejecuta los trabajos en la calle Vicent Sanchis. Josep Carda

El presidente del barrio de la Soledad, José María Rubert, asegura que en el momento que estas casas estén en el suelo, «descansarán». En este sentido, el líder vecinal lamenta que estos años han faltado ganas por parte de los distintos agentes implicados --tanto de los diferentes propietarios como Iberdrola, que debía acometer el soterramiento del tramo de la línea de media tensión que pasaba por los inmuebles y que llevó a cabo en octubre del año pasado y condicionaba las obras-- en solucionar el problema.

Usar el futuro solar como aparcamiento

Rubert mostró también cierta preocupación en caso de que los trabajos se dilaten en exceso en el tiempo y lanzó una propuesta: que el solar resultante pueda destinarse a aparcamiento por la falta de plazas de plazas en la zona, a modelo de otras actuaciones impulsadas por el Ayuntamiento en otras áreas de la ciudad.

El representante vecinal también instó a impermeabilizar de forma adecuada las viviendas cuyo lateral quede al descubierto para así evitar humedades y filtraciones como han sufrido estos años.