El Ayuntamiento de Vila-real ha incrementado la vigilancia en el entorno de la basílica de Sant Pasqual para evitar que los jóvenes con monopatines utilicen este espacio para esa práctica, máxime teniendo en cuenta que el consistorio habilitó años atrás una pista de skate en el acceso sur de la ciudad, frente al colegio Santa María. Un recinto que, por otra parte, es ampliamente utilizado por numerosos aficionados de la ciudad y también de otros municipios.

Así lo confirma a Mediterráneo la primera teniente de alcalde y concejala de Seguridad Ciudadana, Silvia Gómez, quien incide en que los controles en este céntrico espacio forman parte de la orden que marca la actividad de los agentes municipales a diario.

De hecho, la propia concejala Gómez informa a este rotativo que el incremento de la vigilancia derivó el pasado viernes en la identificación de tres skaters que realizaban piruetas en la plazoleta que hay en el acceso a la basílica desde el Raval de Sant Pasqual.

Identificaciones

Asimismo, fuentes municipales confirman que de las identificaciones y advertencias que se daban hasta ahora a estos jóvenes se pasará a sancionar estas conductas que, como explica Gómez, «no solo generan molestias a los vecinos por los ruidos que producen los golpes de los monopatines, sino que originan daños --se traducen en el ennegrecimiento de las zonas por las que discurren con sus patinetes-- en las escalinatas del templo y en el mobiliario urbano», especialmente en los bancos, que son todos de piedra.

Este periódico se hizo eco ayer de las quejas de residentes en la zona, que denunciaron en redes sociales que, casi a diario, se reúne un grupo de entre 12 y 15 muchachos --aunque no todos a la vez-- para practicar con el monopatín en ese entorno, aprovechando obstáculos de piedra como escalones o bancos, que utilizan para deslizarse sobre ellos, lo que da lugar a un ennegrecimiento de los cantos difícil de limpiar o pulir.

La predilección de algunos skaters por la pequeña plazoleta existente frente al templo sampascualino se debe, como explican aficionados, a que hay ciertos obstáculos que dan atractivo a esta práctica. Unos elementos que, no obstante, se habilitaron en su día en la pista del acceso sur.

Las sanciones

La ordenanza de convivencia ciudadana de Vila-real establece sanciones de entre 60 y 120 euros a quienes, como reza el artículo 18.3.i, realicen «acrobacias y juegos de habilidad con patines, monopatines o similares fuera de las áreas destinadas a tal efecto».

Asimismo, la normativa municipal también podría aplicar multas con el mismo rango de castigo económico a quienes usan los espacios públicos no autorizados para ello y originan daños o deterioran elementos de uso público, como pueden ser los peldaños de la escalinata de la basílica de Sant Pasqual o los bancos de piedra existentes en la plazoleta.