La concejala de Participación Ciudadana y Proximidad de Vila-real, Miriam Caravaca, se ha reunido con representantes de las asociaciones de vecinos de la ciudad con el objetivo de coordinar y planificar actividades en los barrios de cara al último trimestre del año, en el marco de un progresivo regreso a la normalidad, siempre en función de la evolución de la pandemia.

En este sentido, además de informar sobre algunas novedades que impulsará su departamento dirigidas a las entidades vecinales, como un curso sobre alfabetización digital, también se ha abordado la celebración de fiestas en los barrios que, tradicionalmente, tienen lugar a partir de mediados de septiembre, una vez finalizan las de la Mare de Déu de Gràcia. 

Caravaca explica que el criterio que el consistorio aplique en la organización de los festejos patronales guiará también las decisiones para los barrios a la hora de programar sus celebraciones, aunque la edila ha señalado que «las asociaciones están por la cautela y la prudencia, teniendo en cuenta que, aunque la vacunación avanza y en Vila-real la incidencia ha disminuido, la evolución de los próximos días será decisiva para determinar si a partir del 6 de septiembre la Generalitat impone o no nuevas restricciones».

No bajar la guardia

Al respecto, hace hincapié en que los representantes de las organizaciones vecinales que asistieron a la cita --Soledat, Sagrat Cor de Jesús, El Pilar, El Roser y la Federació d’Associacions de Veïns-- «son conscientes de que no se puede bajar la guardia y que es necesario un último esfuerzo para que podamos salir definitivamente de esta crisis sanitaria». Es por ello que todo apunta a que los festejos de barrio de este otoño serán de mínimos y centrados, de manera especial, en los actos religiosos.