El primer fin de semana de las fiestas que Vila-real celebra en honor a la Mare de Déu de Gràcia y tras dos años sin celebraciones patronales, se ha saldado con un total de 35 quejas por molestias de las peñas y, al menos, un herido a causa del botellazo que le propinaron unos individuos que de inmediato se dieron a la fuga y no pudieron ser localizados.

En cuanto a las quejas, desde la Policía Local informan que no tuvieron más trascendencia que la de llamar los agentes la atención de los infractores que, aseguran, cesaron en la actividad que generaba malestar entre el vecindario.

Por el contrario, la Policía Local formuló un total de ocho denuncias: una de ellas a los integrantes de una peña por no estar inscrita en el registro municipal; a otra por molestias al vecindario, una más a una persona por orinar en la vía pública; dos por consumir drogas en la calle; y otras tres por no colocarse la mascarilla, pese a que los agentes requirieron en varias ocasiones a los infractores para que cumplieran la normativa.

Ocho peleas

Asimismo, las mismas fuentes apuntan a Mediterráneo que los efectivos del cuerpo municipal de seguridad intervinieron en ocho peleas: cinco en la noche del viernes y otras tres en la del sábado. Además se constató la presencia de un grupo de jóvenes “que no eran de Vila-real” y que se dedicaron a molestar a los peñistas intentando acceder a los casals sin su consentimiento. Fruto de esos incidentes fue el botellazo que recibió en la cabeza un joven peñista, que tuvo que recibir curas en el hospital. Además, este rotativo ha podido saber que ese mismo grupo de individuos también atacó a otros muchachos, incluso, ocasionando lesiones leves provocadas por los golpes propinados con la hebilla de un cinturón.

Con todo, desde La Policía Local de Vila-real aseveran que “la gran mayoría de las peñas respeta lo establecido en el bando de alcaldía”, aunque reconocen que los efectos del consumo excesivo de alcohol es el principal origen de los altercados que se producen.

Por otra parte, los agentes impusieron una sanción administrativa por conducir con niveles superiores de alcohol a los permitidos y otras dos se tramitaron por la vía penal, al superar los 0,60 gramos.