Pocos son los actos que ha organizado la Comissió de Penyes para las fiestas patronales de la Mare de Déu de Gràcia del 2021, las de la vuelta paulatina a la normalidad en Vila-real, tras el parón a que obligó la pandemia del covid y las restricciones que han venido estableciendo las autoridades para frenar los contagios. Y es que los ánimos todavía no están lo suficientemente cargados para recuperar la vida de unas celebraciones que, como apuntó el presidente de la Junta de Festes, Toni Carmona, son como un ensayo para regresar a la máxima normalidad posible en los festejos de Sant Pasqual, en mayo del 2022.
En concreto, la entidad que reúne a un centenar de colectivos festivos ha organizado tres acontecimientos que, en cualquier caso, han sido todo un éxito, Así, a la cita con el laser combat del sábado en el jardín de Jaume I y al yincana del miércoles en el parque de la Mayorazga, se sumó ayer una de las citas más emblemáticas de los festejos patronales de septiembre, como es el tombet de bou.
Eso sí, fue el tombet más íntimo de las celebraciones en honor a la Mare de Déu de Gràcia. Como consecuencia de la imposibilidad ante las medidas vigentes anticovid de organizar una cena multitudinaria, los responsables de la Comissió de Penyes optaron por elaborar el guiso en el jardín de Jaume I para, posteriormente, repartir las 1.500 raciones preparadas entre los peñistas que, con anterioridad, las habían reservado.
En sus locales
Una apuesta que, a su vez, ayudó a que las peñas volvieran a disfrutar de manera más masiva de la fiesta en sus casals, que había quedado un tanto apagada después del boom del inicio de las fiestas, el pasado fin de semana. Y allí, en sus respectivas sedes festeras degustaron un tombet que, aunque limitado por la pandemia, recuperó su esencia.
Pero no fue esta la única actividad festiva de la jornada, por cuanto no faltaron las vaquillas vespertinas en la plaza de toros portátil --en la que para hoy se ha programado la exhibición de un cerril del hierro de Sergio Centelles-- ni tampoco una mirada hacia los más pequeños de la ciudad, que pudieron disfrutar en la plaza Major del espectáculo Eco 21, a cargo de la compañía vila-realense La Banda del Drac. Una representación protagonizada por diversos superhéroes ecológicos que luchan por devolver los colores a la Tierra, perdidos por la contaminación y el cambio climático.
