El alcalde de Vila-real, José Benlloch, y la primera teniente de alcalde de la ciudad, Silvia Gómez, se repartirán las concejalías «fundamentales» de cara a la recuperación de la ciudad tras la irrupción de la pandemia. Así, Benlloch dejará las labores de Ciencia e Innovación para centrarse en Economía (que ostenta Xus Madrigal, nombrado sustituto de Francisco Valverde en Servicios Públicos) y Hacienda.
Por su parte, Gómez sumará a sus responsabilidades actuales (Seguridad Ciudadana y Sanidad) las carteras de Igualdad, actualmente en manos de Rosario Royo, y Servicios Sociales, hasta ahora gestionada por Álvaro Escorihuela. Estos son, según ha podido conocer Mediterráneo, los principales cambios que sufrirá el equipo de gobierno de la ciudad. Con todo, los ediles que perderán responsabilidades es posible que adquieran nuevas en la reestructuración completa, la cual se prevé anunciar en los próximos días.
La prioridad «absoluta» del gobierno que lidera Benlloch, indican fuentes fidedignas, pasa por «la recuperación social y económica tras el covid, para el renacimiento y el reequilibrio por los problemas que arrastra el Ayuntamiento».
Una vez sea efectiva la remodelación, primará «el trabajo transversal y en equipo para gestionar de forma más ágil y coordinada». Habrá más concejalías sin que suponga un mayor coste ya que «los ediles y el personal no variarán».
Tres nuevas marcas de ciudad
Otra de las novedades, superado el ecuador del mandato, será la creación «de forma rápida», de tres nuevas marcas de ciudad --Integradora y solidaria, Sostenible, Mediadora y alianza con la sociedad civil-- que se sumarán a las ya existentes (Ciencia e Innovación, de Congresos, de la Salud y el Deporte y Educadora). Marcas que darán paso a cuatro grandes bloques que contarán con un concejal-coordinador que no tiene por qué coincidir con los delegados del área concreta de igual nombre. «Tenemos un año y nueve meses para poner la marcha la maquinaria del Ayuntamiento que, sin pararse, se había frenado», dicen.
Entre los motivos que justifican la reestructuración, explican fuentes municipales, es encaminar el renacimiento de la ciudad y la recuperación del tiempo perdido por la crisis sanitaria, aprovechar las oportunidades que provengan de Europa para perfilar la Vila-real del 2030, impulsar proyectos importantes que quedaron pendientes y diseñar, en coordinación con la sociedad civil, la ciudad de los próximos 10 o 20 años.
En 2019, cuanto se fijó el equipo de trabajo, «la ciudad arrastraba dos crisis: la ruina del Ayuntamiento por 16 años del PP y la del urbanismo depredador. A estas se suma ahora la del covid que generará más distorsiones en cuando decaigan las ayudas públicas».
