Un terror de sabor cítrico se adueñó ayer del Espai Jove de Vila-real. Centenares de jóvenes, mayores de 14 años y en grupos reducidos, participaron en un pavoroso pasaje, organizado con motivo de la celebración de Halloween y titulado El magatzem, aprovechando que el Espai Jove fue antaño un almacén de naranjas, por lo que su pasado sirvió de inspiración.
En dos sesiones, la primera de 19.00 a 21.00 horas y una segunda de 22.00 a 1.00 horas, los participantes se adentraron para conocer el enigma. Según describió Judit García, de Port Genius , el leitmotiv de la velada fue antigua leyenda de un grupo de niños que jugaba al escondite. Una, con muy mala suerte, siempre perdía. Un día fue a buscar un escondrijo en la estación de tren y se ocultó en una caja vacía suponiendo que no la moverían pero la transportaron hasta el cercano almacén de naranjas.
Nadie supo más de ella. Tras no volver a casa ni ir al colegio al día siguiente se inició una búsqueda en el recinto pero no encontraron nada más que arañazos y unas manchas de sangre. Poco tiempo después el almacén de cítricos cerró sus puertas: mercancía deteriorada, cajas vacías que pesaban mucho de las que algunas volcaban... Y en horario fuera de trabajo se oían lamentos y ruidos de trabajadores. Todos decían que aquello había sido un pozo de sufrimiento que atraía a otras almas sin destino.
El Espai Jove repitió así su apuesta juvenil de temática Halloween, opción que tampoco faltó el año pasado pese al covid.