La ciudad de Vila-real, representada por la corporación municipal, las reinas y damas de las fiestas y un buen número de asociaciones religiosas, ha honrado hoy a la Puríssima del Poble, coincidiendo con la festividad del 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción.
Tras una semana alojada en la capilla del Cristo del Hospital -copatrón de Vila-real-, donde se ha celebrado en los últimos días la tradicional novena, la imagen de la Virgen ha salido del pequeño templo a hombro de sus portadores y acompañada por decenas de personas vinculadas a entidades como San Vicente de Paúl, Hermandad de Tierra Santa, Junta Central de Semana Santa, Acción Católica, Sagrat Cor de Jesús, Joventut Antoniana, Hospitalidad de Lourdes, Hijas de María del Rosario, Damas del Pilar, Manos Unidas, Cáritas, Tercera Orden del Carmen, Congregació de Lluïsos e Hijas de María Inmaculada, congregación esta última que también celebra estos días sus festejos anuales.
Amplia comitiva
En su traslado hacia la iglesia arciprestal, y a su llegada a la plaza Major, la corporación municipal -encabezada por el alcalde, José Benlloch; y la edila de Tradiciones, Noelia Samblás-, se ha sumado a la comitiva hasta llegar a la iglesia arciprestal, donde se ha oficiado la misa en su honor. De esta forma, Vila-real recupera el apartado procesional de esta celebración, acompañado por la música de los dolçainers y tabaleters de El Trull, que el pasado año tuvo que suprimirse a causa de la pandemia del covid-19. Ahora, y aunque con una tendencia al alza de contagios, el traslado ha podido llevarse a cabo tal y como estaba previsto, a pesar del viento que, en ocasiones, ha soplado con fuerza.
Tampoco ha faltado la procesión claustral por el interior del primer templo local, tras la cual la imagen de la Puríssima del Poble ha regresado al lugar en el que se guarda durante el resto del año y que no es otro que el Museu del Pouet, de la basílica de Sant Pasqual.
Recuperación
Tras años sin que esta celebración tuviera una presencia destacada en el calendario festivo de la ciudad, con el que fuera edil de Tradiciones desde el 2011, Pasqual Batalla, y a petición de las asociaciones vila-realenses, esta cita volvió a incorporarse con fuerza a la programación organizada por el Ayuntamiento, siempre con la colaboración de la totalidad de los colectivos de carácter religiosos existentes en la ciudad y que copan buena parte de la red asociativa local.
Por su parte, la Congregación de Hijas de María Inmaculada -las purisimeras- no solo ha participado en este evento municipal, sino que ha proseguido con sus celebraciones anuales a lo largo de toda la jornada, con actos como el rezo del Santo Rosario, una misa vespertina en la que se incluye la vestición de medallas de las nuevas congregantes y una serenata a la patrona de la entidad que, hasta el próximo lunes permanecerá en la iglesia arciprestal.